Un gremio que viene dando señales de liderazgo constante y un enfoque de nuevo estilo de comunicación, es el que dirige la Asociación Peruana de Agroindustriales del Azúcar y Derivados (APAAD) desde el año 2017.
Vamos a resumir primero, los hitos de la presencia y expansión agraria de la caña de azúcar y luego, la importancia que tiene para el país:
La caña de azúcar desembarca en Trujillo, quinta ciudad española en fundarse por estas tierras, gracias a su primer gobernador, don Diego de la Mora. Hacia mediados del siglo XX, La Libertad y Lambayeque se consolidarían como las principales regiones azucareras del país.
Durante los siglos XVI y XIX, esta industria crecería gradualmente, más aún en la época que conocemos como la Reconstrucción Nacional, después de la Guerra del Pacífico.
Durante este margen de años se consolidaron grandes haciendas trujillanas como Casagrande, Larco, Roma y Cartavio.
El 24 de junio de 1969, con la promulgación de la Ley Nº 17716, se dio a inicio a la llamada Reforma Agraria y se expropiaron cerca de 11 millones de hectáreas que luego serían adjudicadas a cooperativas y comunidades campesinas.
Antes de la dictadura militar, Perú llegó a ser uno de los principales productores de azúcar en el mundo.
20 años de retroceso le esperarían a la industria agrícola en general, y a la azucarera en particular, hasta que a inicios de la década de las noventa, se permitió la transferencia gradual de la propiedad de estas cooperativas, la mayoría en quiebra, al sector privado.
Otro hito clave en el desarrollo de la industria azucarera es la promulgación de la ley Nº 27360, norma que crea un régimen especial de trabajo para el sector agrícola. Con diversas adaptaciones y reformas, este régimen ayudaría a la consolidación de un sector que en algunas regiones del país ha logrado formalizar al 100% de su capital humano.
Aunque el decreto de urgencia ha modificado ciertas condiciones laborales y obligaciones del sector privado, en esencia mantiene un régimen especial para la agroindustria nacional, permitiendo que se siga desarrollando en adelante.
Finalmente, el 29 de diciembre de 2019, se promulgó el decreto de urgencia 043, por el cual, con ciertas modificaciones, se extendió la ley de promoción agraria del 2001 con la finalidad de mejorar las condiciones de la actividad agraria.
Se ha determinado que unos 492,064 peruanos, aproximadamente, dependen directa e indirectamente del desarrollo de la actividad azucarera en el Perú, aportando con contribuciones e impuestos al estado, y cumpliendo un rol cada vez más esencial en el desarrollo sostenible y eco-eficiente del país.
123 países del mundo producen azúcar, pero solo la cuarta parte de su producción se comercializa en el mercado abierto.
El azúcar es un producto básico y las características de su mercado e industria son las típicas de un commodity: se sostiene sobre la base de contratos de mediano y largo plazo, los estados subsidian su producción, y funciona con precios internacionales de apertura y cierre.
En los últimos 25 años (periodo 1994-2019), la producción de la caña de azúcar ha tenido una tendencia positiva, luego de un periodo de contracción importante de 20 años (1974-1993).
La industria de la caña de azúcar aporta el 3% del Valor Bruto de la Producción (VBP) Agrícola. En el 2008, la producción azucarera se encontraba en el cuarto puesto y representaba el 5%.
En los últimos cinco años, el crecimiento de la actividad azucarera fue de 2.8% promedio anual, luego de 20 años con caídas de hasta 2.6% en promedio cada año desplazamiento generado por el incremento de diversos productos de agro-exportación no tradicional.
El sector azucarero genera empleo directo a alrededor de 41 mil personas. El 69% —28 mil personas— se dedican al cultivo de la caña de azúcar, y el 31% —13 mil personas— a la elaboración posterior del azúcar. El 74% del total de trabajadores del sector, 30 mil personas dedicadas tanto en cultivo como en elaboración del azúcar, viven en las regiones de Lambayeque y La Libertad.
Con relación a los tributos pagados por el sector azucarero, este aporta en promedio 145 millones de soles al año, lo que representa aproximadamente el 14% de los tributos internos (renta e IGV) del sector agropecuario.
Con relación a las contribuciones del sector a ESSALUD por concepto de Seguro de Salud Agrario, se estima una contribución de más de 38 millones de soles en el año 2019 considerando que aproximadamente el 17.8% de empleos formales (en sector agrario y agroindustrial) se generan en el sector azucarero.
A pesar de la contracción del 2017, hoy somos testigos de una nueva tendencia positiva entre 2018 y 2019 en la producción nacional, alcanzando 10 millones 929 mil toneladas este último año, marcando un hito en la industria, pues ha conseguido por primera vez afianzar la seguridad alimentaria.
En el año 2019, el rendimiento por hectárea superó las 125,4 toneladas de caña por hectárea cosechada, muy por encima de los 115,5 y 116 aproximado de los años previos.
Esto se suma la tendencia positiva entre el 2018 y 2019 en la producción nacional de 10 millones 929 mil toneladas y por primera vez después de 50 años, la producción de azúcar cubrirá la demanda interna e inclusive habrá un excedente.
¿Y cómo van nuestras exportaciones? Luego de los desastres naturales que impactaron negativamente en la industria de la caña de azúcar en el 2017, el año 2019 fue un período de recuperación para el comercio internacional de este producto.
Si nos centramos en el azúcar rubia, principal producto derivado de la caña peruana, notamos que sus exportaciones aumentaron en un 1385% (volumen transado) frente al 2018, año en que sufrieron una caída del 94%.
Además, en 2019 despachamos más de 86 mil toneladas de ¿Cuál fue el ingenio que más exportó en el período 2018/19? Según las cifras del Ministerio de Agricultura del Perú, fue Casa Grande S.A.A.
La industria azucarera tiene un rol primordial en impulsar el cambio de matriz energética global. El desarrollo del mercado de los biocombustibles como sustitutos sostenibles a los fósiles promoverá un transporte sustentable en el futuro, y dará más espacios de crecimiento al potencial de la industria agrícola nacional.
Un reto importante para la agroindustria nacional, y especialmente la azucarera, será impulsar la ejecución efectiva de una estrategia país que genere las facilidades necesarias para que la producción nacional de biocombustible se extienda y pueda competir en mejores condiciones con el insumo importado (por ejemplo, a través de una adecuada política arancelaria), ya sea a través de la implementación efectiva del marco legislativo ya disponible, o por medio de nuevas disposiciones, a fin de que el Perú cumpla con sus objetivos en materia ambiental y se masifique el consumo de biocombustibles en el mercado automotriz nacional.