El mundo necesita dejar de estar buscando soluciones perfectas, porque ya existe una inmensa plataforma de ideas y propuestas en todos los ámbitos de la vida o dicho en forma más amplia, el pensamiento y la innovación nunca se detienen y superan expectativas, siendo sostenibles en el tiempo, salvo -claro está- en sociedades ahorcadas en las ideologías colectivistas o sometidas al mercantilismo que no es “libre mercado” de ninguna manera.
Las ideas se están haciendo envejecer porque el dominio de la ignorancia es enorme, en consecuencia hay que rejuvenecer oportunidades en la inteligencia humana, implementando las ideas que potencialmente se convierten en caminos y soluciones. Es muy sencillo cuando se toman decisiones y se cuenta con liderazgos y mensajes convocantes. Es muy complicado cuando se deja que todo siga igual y se maltrata el razonamiento cotidiano para esperar respuestas de imitación, que si bien pueden estar funcionando en algún lado por imposición, no se importan para su ejercicio si no se tiene sensatez y tenacidad, democracia y libertad.
¿Cómo hacemos para que no envejezcan las ideas? Tenemos que ser magos que despertemos la ilusión nuevamente, que hagamos que las gentes sientan que se puede lograr un suceso a pesar que parece imposible, que existe un truco maravilloso que con manos ágiles y mirada profunda, simplemente “lo hace” si dejamos de ser negacionistas y nos superamos en la observación y desde allí, en la participación. Eso “es”.
Uno de los temas más importantes en la vida de la personas y sus familias es el ahorro, algo que se dice imposible o que se piensa excluyente. El ahorro, es lo más cercano al alma humana y al corazón del trabajo, una inmensa conquista que se da cada segundo de nuestra existencia y hay que encontrarla en nuestros brazos y conocimientos, en nuestras habilidades, destrezas y ganas de superación. Es ser aspirantes “a más”.
Y como el ahorro, la solidaridad es una fabulosa maquinaria de inclusión para sentirnos de nuevo personas y no números de documentos de identidad.
Ideas, propuestas, innovación, sostenibilidad. ¿Porqué resulta tan difícil que lo entiendan los que gobiernan una municipalidad distrital o provincial, una región o el país? No lo quieren entender porque el virus del envejecimiento de las ideas, lo transmiten con leyes absurdas y normas enredadas; porque no quieren que el Perú sea un país con oportunidades para todos.
Entonces… hay que dar la pelea con ideas y explicarlas, hacerlas extensivas, enseñarlas y crear un acompañamiento masivo en esa tarea de solidaridad, para la superación. Es sencillo.
Imagen seleccionada de redes sociales, Nussbaum, la danza de los esqueletos