En la década de los años 70 vivía en Roma en la misma casa donde vivía San Josemaría Escrivá de Balaguer. Éramos aproximadamente 120 muchachos. La media de edad estaría en los 25 años. Yo tenía 20.
Allí le escuche decir a San Josemaría que el Opus Dei era de Dios. Que él solo era el instrumento de Dios y que el 2 de Octubre de 1928 vio lo que el Señor quiso que fundara, y que existiría hasta el final de los tiempos.
Nos contó de las dificultades que hubieron en los comienzos para que se entendiera el Opus Dei, porque en esos años no se concebía que un laico pudiera ser santo. Para ser santo había que entrar en un convento y hacerse clérigo. Pero que el Señor le había dicho a él, que todos podemos ser santos y entonces San Josemaría difundió la llamada Universal a la Santidad.
Nos contó que cuando Don Álvaro del Portillo viajó a Roma para hacer las primeras gestiones en la Santa Sede, para la aprobación del Opus Dei, le recibió Mons. Montini, que después fue el Papa Paulo VI. Monseñor, al ver los papeles le dijo a Don Álvaro que habían llegado con un siglo de anticipación.
En aquellos años y también después algunos no entenderían el carácter secular de la Obra. San Josemaría tenía un gran amor a la libertad y nos decía que confiaba más en lo que nosotros le decíamos que si cien notarios afirmaran lo contrario.
Nos hablaba continuamente de responsabilidad personal y nos decía que la santidad era personal, no comunitaria, y si nosotros le decíamos que sí al Señor era porque nos daba la gana, y que esa era la razón más sobrenatural.
Rezaba y nos pedía oraciones para que se resolviera la situación jurídica del Opus Dei. Se rezó mucho y durante muchos años fueron apareciendo las aprobaciones, pero según San Josemaría, todavía no calzaban con lo que el Señor le había pedido y había que seguir rezando.
La Iglesia recogió lo que el Señor le pidió al Fundador del Opus Dei, y a través de la Constitución apostólica “Ut Sit” de un Papa Santo, San Juan Pablo II, fue entregada en forma de bula y datada el 28 de noviembre de 1982; con esta constitución se erige al Opus Dei como Prelatura personal bajo el nombre de “Prelatura de la Santa Cruz y del Opus Dei”.
Era lo que el Señor quería y que forma parte del Carisma del Opus Dei que el Señor transmitió a su Fundador.
San Josemaría es ahora un santo de la Iglesia católica. El Opus Dei, fundado por él, está ahora en todos los continentes del mundo y forman parte de él, miles de personas.
Nos decía San Josemaría constantemente que el Opus Dei nació para servir a la Iglesia como la Iglesia desea ser servida.
Todo lo que hay hoy en la Obra y lo que hacen los miembros del Opus Dei es un servicio constante a la Iglesia.
El 2028, el Opus Dei cumplirá 100 años. San Paulo VI, canonizado por el Papa Francisco el 2018, dijo que había que esperar 100 años. Estamos en el umbral de esa fecha señalada por un Papa Santo.
Todos en el Opus Dei vivimos llenos de esperanza en esa fecha, con la certeza de recibir del Cielo las gracias necesarias para seguir realizando, con más fuerza y vitalidad, lo que San Josemaría llamó catequesis universal, y elevar las voces de la llamada universal a la Santidad.
San Josemaría nos decía constantemente: “Estas crisis mundiales son crisis de santos”