Es inentendible que por años se venga informando y explicando la quiebra de la estatal Oficina de Normalización Previsional (ONP) y no se tome ninguna determinación para su cierre, manteniendo una rueda de engaños hacia millones de afiliados aportantes, de los cuales más del 70% jamás van a tener una pensión de jubilación y jamás van a poder mantener una esperanza de pensiones de sobrevivencia para ellos y sus beneficiarios. La ONP es un permanente déficit público, es una caja desastrosa y destrozada por todos los gobiernos que la han mantenido a pesar de conocer esta terrible realidad, pero vencidos por el populismo y la demagogia, también por el apetito hacia la corrupción y la impunidad, sostuvieron a la ONP innecesariamente.
El déficit acumulado a setiembre del 2024 es de 191,295’748,262.58 millones de soles, lo que ya estaría en estos momentos en doscientos mil millones de soles. ¿Y alguien dijo algo? Nadie dice nada, no solo como protesta y como denuncia, sino y necesariamente en actitud de ideas y propuestas para que cerrándose la ONP, se tengan medidas de protección y acompañamiento a quienes están como afiliados aportantes o no aportantes a la ONP en estos momentos. ¿Los aportantes y los no aportantes? Efectivamente, porque a los actuales hay que hacerles ver lo que sucede y sus posibilidades si sigue este caos; y a los no aportantes, para que evalúen sus posibilidades de reactivar sus aportes, pero bajo otra modalidad previsional, donde se les reconozca no una parte de lo que pagaron (eso del Bono de reconocimiento es quitarte casi todo para ilusionarte con una parte de lo que pagaste por años de años), sino la totalidad de su contribución y a partir de ello, proyectar sus escenarios.
Lo que complica el panorama es la nueva Ley de Modernización del sistema de pensiones en el Perú, que no es nada más y nada menos que “un copy paste” de proyectos inútiles donde se juntan medidas populistas, alguna iniciativa mercantilista y muchos sueños que van a ser pesadillas, pero que suenan “bonito”. Esa Ley es el mayor absurdo legal de la historia previsional peruana.
Es tal el escándalo legal, que se sigue manteniendo el desequilibrio, la discriminación entre aportantes de los sistemas previsionales privado y público en los aportes. Los de la ONP pagan cada mes el 13% y los que aportan a las empresas del sector privado o AFP pagan menos, para recibir muchísimo más. La Ley confunde porque los que la hicieron, son personas incompetentes en pensiones, jubilaciones, cálculos actuariales, tasas de reemplazo y conocimientos de tablas de mortalidad. No saben lo que es importante y lo que es urgente. Y algo urgente es analizar y afrontar el gravísimo escenario de los meses y años no aportados o silencios previsionales en la ONP porque ello es vital para reformar el concepto de pensiones proporcionales a los que no alcanzan una pensión total. ¿Saben qué es una pensión total, parcial, proporcional, anticipada o regular los que gobiernan? No, y sus asesores, tampoco.
Y de otro lado, enfocándonos en la empresa pública quebrada, la situación financiera debió primar para analizar, saber y entender que la ONP por más que siga recibiendo miles de millones en transferencias, al estilo Petroperú, no va a solucionar su déficit acumulado jamás.
Debe cerrarse la ONP progresivamente, como debe cerrarse Petroperú, dos gigantescas máquinas de gastos y deudas injustificadas que solo crean déficit, problemas, angustias y más burocracia.
La Ley creada por el actual Congreso y el actual gobierno, en base a proyectos de ley de anteriores gobiernos y anteriores congresos, no sirve para nada bueno.
Los impuestos NO generan pensiones sostenibles en el tiempo, eso solo se logra con el ahorro.