La Organización de Estados Americanos, ¿Un extraño caso de amor con Castillo?

"A Castillo lo blindaron desde un grupo que dirigía Almagro en la OEA, junto a diplomáticos peruanos claramente ideologizados"

El gobierno de Castillo tuvo varios componentes que no debemos olvidar y hay que seguir investigando en sus responsabilidades. Un ejemplo es el caso del señor Luis Almagro (a) “el gratuito”, un sinuoso y desleal Secretario General de la OEA que sobrevive irregularmente en ese cargo, luego de haberse arreglado, también bajo presiones y acomodos, los procedimientos que le permitieron quedarse en el control de ese organismo internacional, que de no ser nada en el contexto latinoamericano en especial, ha pasado a ser el garante de las dictaduras de la extrema izquierda, el negociador de la permanencia de esas dictaduras y sus atropellos, como ocurre en Nicaragua y Venezuela por ejemplo, aunque se diga lo contrario.

“Muchos son los rumores sobre oscuros procedimientos, falta de ética, corrupción, favoritismo a personas cercanas, inclusive contratación de familiares de los representantes ante la OEA y de varios funcionarios  de gobiernos que son nombrados en puestos clave, a fin de incidir en comprometimientos y decisiones de carácter político que se manejan en los pasillos de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Todo esto, es la feria laboral de Almagro y sus allegados” nos revelan desde su sede, varios trabajadores que solicitaron reserva en sus identidades.

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, elegido el año 2015 sin tener competidores, inició un segundo período en mayo del 2020, hasta mayo de 2025, durante una apresurada sesión virtual del Consejo Permanente. Fue reelecto por la 54ª Asamblea General Extraordinaria de la Organización el 20 de marzo de 2020, luego de haber declarado públicamente, al asumir su cargo, que no buscaría la reelección, es decir, usó el puesto para mentir, manipular, “negociar” y seguir en el poder.

En todo ese juego de su propia reelección, de la mano con las reelecciones de sus adjuntos, Almagro fue cambiando de banderas de apoyo a posiciones de rechazo en algunos casos. Así, traicionó a sus antiguos camaradas de las izquierdas latinoamericanas como Venezuela de Maduro, Ecuador de Correa, Nicaragua de Ortega, Bolivia de Evo y luego en manos de Arce y, México con el poco lúcido López Obrador. De este juego fue estableciendo nuevos pactos bajo la mesa con algunos otros, es decir, cimentando alianzas con los demás estados para hacer un equilibrio de fuerzas, a su favor.

Almagro comenzó su carrera en la Secretaría General de la OEA muy de la mano de alfiles cercanos en cada país clave para él. Armó una red de diplomáticos relacionistas, que le conseguían y consiguen entrevistas, visitas, charlas, conferencias y hasta la aplicación de la denominada Carta Democrática Interamericana (CDI). Parece de película, pero es cierto.

Esta red “de agentes diplomáticos” tuvo su gran impulso desde el gobierno de Martín Vizcarra (a) “el lagarto”, principal responsable del fallecimiento de más de doscientos mil peruanos duante la pandemia del COVID-19, cuando comenzó a insinuarse la aplicación de la CDI.

Algo que (a) “el lagarto” no previó, fue que “ciento cinco congresistas declararon la incapacidad moral permanente del presidente Martín Vizcarra y lo destituyeron”, eligiendo a Manuel Merino como sucesor presidencial, pero quien tuvo una cortísima duración, dando paso a Francisco Sagasti, prácticamente impuesto por los alfiles de la OEA, los grupos de las izquierdas del Perú y la concentración de medios que dependen del presupuesto público, ante el silencio de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, ante el retiro de apoyo de todos los partidos políticos y ante la ausencia de otras respuestas más conciliadoras en el escenario nacional.

Como ven, fue algo automático el respaldo a Sagasti, en contraste con Merino, un abandonado en su propia indefinición.

Por eso, en la campaña electoral, Almagro fue dando apoyo mediático a algunos candidatos que fueron publicitados desde su despacho en la OEA (algo totalmente irregular), para luego de los resultados (en que su principal recomendado quedó fuera de carrera presidencial) acercarse de inmediato a Pedro Castillo, logrando que Castillo nombre a sus alfiles de la red diplomática en varios cargos ministeriales y de representación internacional, algo así como “chamba para mis amigos y los amigos de mis amigos”. ¿Un ejemplo del publicherry?

La OEA y su red diplomática -la de Almagro en realidad- fue tejiendo una presencia activa sobre el Perú, desde la extraña visita de Castillo a Almagro en la sede de la OEA (septiembre de 2021), junto al entonces ministro de Relaciones Exteriores, Óscar Maúrtua y el representante permanente del Perú ante la OEA, Harold Forsyth, dos diplomáticos “fuera de carrera” por edad y por una serie de señalamientos políticos.

Llamó la atención el siguiente despacho de Palacio de Gobierno:

“El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, coincidió con el presidente de la República, Pedro Castillo, en que debe existir una “tregua política” y un “diálogo institucional” para salir de la grave crisis por la confrontación entre el Poder Ejecutivo y el Congreso de la República”.

Unos pocos meses después, Almagro devuelve la visita en Lima a Castillo (diciembre de 2021) en Palacio de Gobierno, cuando declaró: “Hemos visto al presidente con una determinación importantísima en combatir la corrupción, fundamentalmente la que pueda haber en un entorno de gobierno y durante su gestión”.

En dicha ocasión, el diario El Comercio reseñó: “Las declaraciones de Almagro fueron cuestionadas debido a que no tomó en cuenta que la actual crisis política ha sido ocasionada por las visitas secretas en la casa de Breña, los vínculos del ex secretario general de Palacio con la asesora de una empresa que ganó una millonaria obra, la poca transparencia por parte del Gobierno y otros hechos por los que la oposición impulsa una moción de vacancia”.

Luego de varios meses de revelaciones sobre terribles casos de corrupción y de frecuentes idas y vueltas de mensajeros de la red diplomática de Almagro, el Consejo Permanente de la OEA se reunía en su sede de Washington, por solicitud del gobierno de Castillo, para definir la activación de la Carta Democrática Interamericana, porque el gobierno consideraba que la institucionalidad del Perú “se encuentra en riesgo” luego que la Fiscalía interpusiera una demanda constitucional en contra de Castillo, por “liderar una organización delictiva”. En esta ocasión el ministro de Relaciones Exteriores ya no era Oscar Maúrtua, sino el catedrático universitario y ex presidente del Tribunal Constitucional, César Landa, quien renunció irrevocablemente al cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, ante la decisión del golpista Castillo “de cerrar el Congreso de la República, violando la Constitución”. Y añadió: “Condeno enérgicamente este autogolpe de Estado e invoco a la comunidad internacional a ayudar al re-encausamiento democrático en Perú. Castillo tomó esta decisión sin mi conocimiento ni apoyo”.

Como ven, la OEA de Almagro sufrió un duro golpe democrático de valores con las expresiones de Landa y se dejó en claro que durante casi dos años, la red de Almagro, que venía operando desde la asunción de Vizcarra, lo hacía con una compensación que debe ser investigada y que nos puede llevar a ciertas negociaciones de compras internacionales referidas al sector agrario. No eran sólo posiciones de dominio en puestos claves de organismos internacionales, sino una billetera más ancha.

Por ejemplo, ¿Dónde o de dónde nace el contradictorio odio a Evo Morales y el rápido amor a Pedro Castillo? Un dato importante es leer bien esta noticia que salió en una de las visitas de Almagro a Castillo: “Luis Almagro felicita a Castillo por su buen manejo en el sector agrícola”. ¿En medio de la crisis por la NO compra de Urea y el impacto secuencial que de ello se derivaría en el sector, requiriendo no sólo úrea, sino los productos afectados como papa, limón, cebollas, los siguientes dos años, se posiciona Almagro como un elogioso hincha de la ineptitud de Castillo o es que existió una relación comercial para sugerir los proveedores inmediatos y futuros? ¿La negativa de Evo en Bolivia, fue el detonante del odio y la presión para su salida, siendo la cuarta reelección algo que iba manejando “bien” con su amigo, pero con la no contratación de los cárteles de los fertilizantes, dio marcha atrás “democráticamente”?

¿Es o no para investigarse? porque… estamos investigando.

 

 

 

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