La política peruana: si no es demolición, te queda el desmonte

La palabra clave es "institucionalidad", pero se reemplaza con la perversidad de su antónimo: "reformas"

No, la solución no la tienen los que causan los problemas a sabiendas, estimulados por esa droga que los alucina dueños del Estado, amos desde el gobierno. No, las respuestas no las tienen los mudos que con verguenza observan, meditan, siguen de largo, regresan sobre su propia desgracia y vuelven a lo mismo de siempre, disminuídos por cobardía, enanizados por convicción ciudadana de incompetencia moral. No, no se trata que viene un monstruo o asesino a gobernar, vendrá el que muchos quieran, ya sea por tontos o por estúpidos, por muy demócratas blandos o por permisivos, pero esa porquería es elegida por masas de acomplejados, resentidos, violentos, “policrófagos”, manipuladores, propagandistas, usureros, vagos y ladrones, pero también por los inteligentes y acomodados que saben que nada malo les va a pasar y que algunas cosas “rescatables” les pueden favorecer. Y luego, luego vendrán las frases “porqué sucedió”.

El alimento de la democracia no es la desesperación ni la angurria. El cadáver de la democracia es bocado de ansias extremistas, proyecto de supervivencia y maldad de posiciones políticas innobles y sucias. Por eso, vivimos y sobrevivimos bajo gobiernos expertos en demolición de la democracia y creemos -porque “creemos”- que del desmonte saldrá la luz y el muro de la reconstrucción de la Patria que se hunde más.

Estamos sobre el fango de la política y parece que nos encanta esa ubicación, en primera fila, aplausos y risas, gritos y lamentos, el espectáculo del teatro del absurdo, la audiencia de las camadas del odio y del resentimiento, porque afuera, trabajando, sufriendo, luchando por sus familias, millones de callados son ignorados y ellos mismos se ignoran a rebelarse (con “b” grande de rebelión) y no se atraven a revelarse (con “v” chica, de revelar).

Nos sentimos heridos e incomprendidos, olvidados y ninguneados. ¿Pero saben qué? Es nuestra culpa y responsabilidad y frente a ello, la tarea es en casa, de lo contrario, no habrá fuerza para vencer al ladrón y al tonto enmascardo, al delincuente y al juez permisivo que -todos ellos- tienen cerca de 40 partidos con licencia para robar, organizaciones criminales que se consideran las predestinadas para seguir hiriendo al país, a tu familia, a tí mismo.

Asistimos al increíble festival del delito, mientras el gobierno y el congreso nos regalan la demolición de la democracia y la Libertad; y en la misma vereda del mal, los opositores, sólo son el desmonte de otros del mismo rostro del crimen y la maldad, de la corrupción y la impunidad.

Revélate ciudadano, rebelión Libertad.

#RevelateCiudadano #RebelionLibertad

 

Exit mobile version