¿Qué le está ocurriendo a las izquierdas del odio y el resentimiento, incluidas las expresiones caviares del acomodo burocrático con todos los gobiernos pasados, para que sus intentos de hacer estallar épocas o jornadas criminales de violencia en las calles, ya no se active y los ciudadanos más bien, les muestren indiferencia, rechazo y condena?
Que las redes sociales han sido la mejor muestra de desprecio a los discursos y arengas comunistas y socialistas (progres y demás) que, usando al pueblo, inclusive con resultados mortales, han servido para que la gente despierte de su letargo y utilización y compruebe que todas esas expresiones de “ya es hora de salir a las calles” “ahora sí, somos la protesta”, son siempre lo mismo: aprovechamiento miserable, recolección de fondos para beneficio de los dirigentes, suma de engaños y traiciones al pueblo.
Usaron cualquier excusa, válida o manipulada, para sacar réditos irregulares e ilegales. Desplazaron activistas y militantes furiosos hacia las ciudades y efectuaron “tomas de aeropuertos”, ataques a comisarías y juzgados, destrucción de propiedad pública y privada (incluyendo emprendimientos humildes), empujaron -los comunistas asolapados- a muchos jóvenes hacia el escenario principal de la violencia que iniciaban los dirigentes y agitadores, dejándolos a ellos, a los jóvenes, frente a la reacción de las fuerzas del orden, con las consecuencias que de ello se derivan.
Ni un solo “líder” o “dirigente” de izquierda fue herido o auto herido, pero se victimizaron como si hubieran sido afectados, con los cuerpos ajenos, con los que empujaron al hoyo violento. Y a esos cuerpos ajenos les sacaron “colectas y solidaridad” con dinero de oenegés de la misma procedencia: del odio y de la subversión.
Hoy y mañana quieren repetir lo mismo para sacar dinero, para obtener cargos públicos, para tener una y otra vez elecciones hasta la saciedad y de allí, lograr quedarse como antes lo hicieron, engañando y dilapidando.
La protesta ya no le funciona con el mismo guion y los mismos mentirosos a las izquierdas del odio, como no le funcionan sus 17 nuevos partidos, los que nadie explica cómo existen, si nadie los conoce, pero el JNE es el único que los reconoce (sin estructuras dirigenciales, sin bases de apoyo, sin militantes identificados, sin ideas, sin propuestas, sin planes de gobierno local, regional o nacional).
Las elecciones no son una lotería, cancelemos a esos “partidos de fachada” como cancelamos la violencia de la ultra izquierda y sus socios caviares.