Hollywood siempre nos ha vendido que los aliens vendrán a “aniquilar a la raza humana”, aunque ahora sus cerebros de chorlito abracen el racismo para ser políticamente correctos y según ellos, ganar popularidad. En sus películas no vemos que los aliens vengan a la Tierra a matar sólo canchitos, o chinos, o negros.
Lo cierto del caso es que seamos indígenas, aborígenes de donde sea, blancos, asiáticos, negros, judíos, árabes, o la mezcla que se les ocurra, todos, TODOS, somos humanos. Pertenecemos a la raza humana, a la especie humana, somos descendientes del Homo Sapiens, y somos Homo Sapiens-Sapiens.
Altos, bajos, piel clara, piel oscura, ojos claros u obscuros, cabello del color que sea, todos, sin excepción, nacemos hombre o mujer. Todos, sin excepción, somos concebidos con un esperma que fecunda un óvulo. Todos, sin excepción, tenemos los mismos órganos exceptuando los reproductivos. Pero, todos los hombres, sin excepción, tienen los mismos órganos reproductivos, así como todas las mujeres, sin excepción, tenemos matriz y ovarios. Es BIOLOGÍA aunque la nueva mentalidad retorcida de la izquierda enferma quiera hacernos creer que todo esto es falso, que decirlo es ser racista, etc.
Todos los seres humanos sangramos igual, defecamos igual, y nos morimos cuando el corazón deja de latir.
Entonces, ¿porqué seguimos permitiendo que nos dividan con discursos ridículos, ilógicos, plagados de falacias y absurdos, basados en diferencias superficiales que no son ni significativas ni importantes?
En Europa y hasta pocos años en USA, el que allí nacía era oriundo del lugar. En Francia, sea de origen árabe, africano o netamente europeo, si nació en Francia es francés, y punto. Lo mismo pasa con todos los demás países. Pero aquí, como tontos, permitimos que las agencias de “cooperación” europea vengan a diseminar odio en su afán de fomentar las políticas de victimización que redundan en resentimiento social y polarización.
Los mal llamados ancestrales, reciben dinero por fomentar esa mentalidad, pero si la gran masa de población indígena pensara como ellos, todos los no indígenas puros ya estaríamos muertos. La gran mayoría de guatemaltecos tenemos alguna mezcla, pero eso no debería de ser importante. Aprendamos de Brasil, dónde todos son iguales y la combinación racial, genética, es irrelevante.
Hay atletas, científicos, astronautas, militares ilustres, y grandes líderes de todos los colores, tamaños y orígenes étnicos.
La mayor parte de Presidentes de Guatemala han sido ladinos. Si pensamos en personas de orígen indígena famosas, viene en mente Rigoberta Menchú, nuestra poco ilustre Premio Nóbel de la Paz que no ha hecho absolutamente nada positivo ni por el pueblo donde nació. Se ha hecho rica con su estatus originario de una acción netamente delictiva por parte de sus parientes terroristas.
Y como ella, la mayor parte del liderazgo indígena que es alimentado por @USAID y las agencias de “cooperación” europeas. Se dedican a alimentar el odio hacia el emprendimiento y la inversión, venga de quien venga. Atacan Hidroeléctricas, minería, plantaciones y hemos visto claramente cómo armados hasta los dientes con equipo bélico prohibido en el país, defienden las pistas de aterrizaje y plantaciones de droga de las narco-guerrillas.
Entre otros, los Hurtado Paz y Paz, Caal y los Montes, trabajando para los protegidos de los gringos, promueven la violencia en El Estor y en toda la zona del Polochic. No buscan el bienestar de los pobladores a quienes cobran Q100 por dejarlos pasar. ¿Es eso hacerle bien a la población? Los pobladores de la zona vinieron a la Capital a pedir que dejen las minas funcionar porque son una fuente buena de ingresos para ellos.
El racismo es una herramienta de la izquierda que buscando divisiones sociales busca inclusive, promover políticas de género, cuotas de poder para mujeres o para indígenas en la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Ridículo, propuestas retorcidas en su máxima expresión que sólo pueden originar de la mente igualmente putrefacta del criminal-ladrón-oportunista-corrupto de Alfonso Portillo.
Los guatemaltecos somos iguales todos. Y eso es lo que los verdaderos políticos con dos dedos de frente deben promover y defender. Igualdad ante la ley, sin excepciones.