Sucede que cuando las mujeres vemos algo que no nos parece correcto, decimos lo que pensamos, enfrentamos la realidad y proponemos soluciones. No es que gritemos para que nos escuchen, como lo puede hacer seguramente una que no soporta determinada situación o se escandaliza ante lo que ocurre, sino que por nuestra propia concepción natural, sabemos reaccionar y lo hacemos bien. Existen excepciones por supuesto, pero también mirando al otro lado de la epopeya, muchos hombres no comienzan con la reflexión, sino con la inacción que enjuicia, con eso de dejarlo para después, “porque ya va a pasar” pero todo sigue igual.
También hay excepciones caballeros, también. Lo que si me molesta mucho es el discurso de esos cómodos y encorbatados hombrecitos que se las dan de valientes y las pegan de lo que no son.
Hoy que el país se sigue hundiendo, desmoronando y volviendo más violento, es usual leer constantemente a criticones de la semana y de la quincena, haciendo recuentos y vendiendo cuentos, porque no dan propuestas, no construyen propuestas, se duermen en el miedo, pero a gritos y susurros de valentías que nadie ha visto.
El derecho a las convicciones propias no está sujeto a la aprobación de los que tienen otras ideas y conceptos. Sería irracional que un comunista tenga que pedir permiso para matar cuando escala a la práctica revolucionaria de su militancia de odio y violencia. Sería también irracional que un demócrata pida autorización a un comunista para poder defender la Libertad y la Vida.
Como son dos ejemplos, añado algo más: Es irracional creer que alguien crea que porque piensa de una forma, todos debemos pensar de esa manera. Y eso caballeritos y damitas, es lo que pasa en la sociedad contemplativa y silenciosa del Perú. Y por eso también, por eso no funciona la protesta, ni el discurso, ni se construye agenda, ni se ven o escuchan líderes, sino –a veces- a muchas gentes buenas tratando de hacer algo bueno por el país, pero es insuficiente (y yo aplaudo desde aquí en Minuto Digital, a esas gentes buenas que no se cansan de convocar e ir a marchas por la Democracia y la Libertad). A los que nunca aplaudiré, es a los cobardes que critican públicamente y no hacen nada porque “están esperando el momento” …que ellos quieren, para figurar.
El obstáculo mayor -mucha atención-, viene del protagonista menor: el cobarde, el comodón y el comodín, el que dice “tengamos un gobierno de ancha base” con los que ahora mismo dinamitan la frágil democracia. Es inimaginable que a alguien se le ocurra la torpeza de proteger a Castillo y su banda, dejándolo como presidente hasta convocar a nuevas elecciones, lean bien: “a cambio de conformar un gabinete de unidad nacional”. Eso es mariconada, traición a la patria, cobardía suprema. Pero ese es el hit oscuro de las paredes escondidas de este momento, y lo tenemos que revelar.
Los que nunca, los que jamás han ido a una sola marcha, los que nunca, los que jamás han sido por lo menos una vez positivos con los múltiples esfuerzos de oposición a este sucio y corrupto gobierno, los que brindan en la lejanía y toman sol en el invierno que sufren otros –y somos millones, sobretodo mujeres jóvenes-, no tienen derecho a nada, ni siquiera a ser peruanos. Son unos cobardes y son cómplices del retroceso.
Estemos alertas Mujeres del Perú, revisemos bien las letras pequeñas de esos que se promueven agazapados buscando chamba en el Estado, para que la oposición acepte la propuesta del mal: “un gobierno de ancha base, de todas y todos, hasta una nueva elección anticipada”, jamás.
No lo permitamos, el debido proceso está normado en la Constitución y además, ningún demócrata debe ser parte de gobiernos de corruptos, aprovechadores, nuevos socios e hipócritas convenidos que solo saben ahogarse en alcohol y cobrar de nuestros impuestos.
Las Mujeres somos más y somos mejores cuando construimos Patria, Familia y Vida.