Para los que tenemos varias décadas, “la resaca” nos hace recordar los días de la juventud cuando con impericia y mucha inmadurez teníamos que afrontar al día siguiente las consecuencias de varios tragos de más. La Resaca también se llamaba un popular lugar donde se extendían tragos preparados en los años 70s y 80s.
Las resacas de aquellos años pasaron y no dejaron mayores huellas; sin embargo hay aún una “resaca” que subsiste y vuelve a afectarnos. Es aquella que sobrevino a aquel 12 de setiembre de 1992, día que cayó la cúpula de sendero luminoso y con ella parecía que el terrorismo había sido derrotado.
Lo fue pero en el ámbito militar mas no en lo político e ideológico. Hoy en día la presencia en el Estado de gente vinculada a órganos de fachada del terrorismo y la vigencia de la ideología comunista son muestras de lo viva que está la amenaza de un nuevo baño de sangre. Además de ello la existencia de una presencia focalizada en el VRAEM es también señal que el cáncer no llegó a extirparse.
Sin embargo, paradójicamente este renacer del senderismo y otros remanentes terroristas han traído consigo el despertar de la ciudadanía que les hace frente en las calles, en la prensa y en las redes sociales. La masiva presencia de ciudadanos en Lima, Chiclayo, Piura, Ica, Arequipa y Miraflores el día de ayer es una muestra como lo son las múltiples opiniones de demócratas de todas las vertientes a raíz de la muerte del genocida comunista.
Sin embargo, nuevamente, no nos dejemos sorprender por “las condenas” de quienes son los herederos ideológicos del terrorismo, del caviaraje cómplice en estos 21 últimos años y de quienes callaron o acuñaron frases como “conflicto armado interno y violencia política” así como avalaron la CVR y el “lugar de la memoria”, expresiones de la “democracia boba”.
Tampoco dejemos de estar atentos ante las maniobras de quienes intentan hacer creer que con la muerte de Guzmán se acabó el terrorismo y que toda muestra de su presencia solo es “una ilusión “.
Para la resaca de algunos tragos de más hay una serie de “curas” (ceviches, tomar agua o algunos recomiendan “cortarla”); para la resaca post-muerte del asesino comunista solo queda reforzar la memoria, educar y luchar unidos contra el peligro comunista.
Fotografía añadida, de redes sociales, primer ministro y su admiración política.
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