El día de hoy hemos recibido más de diez encuestas referidas a las elecciones presidenciales de este domingo, algunas repetidas, bambas y con el mismo logotipo, pero con otros escenarios. Lo que resulta evidente, a la luz de este mercado de intereses, es que nada debe impedirse en la legislación en cuanto a información transparente, auditable, sea necesario; repetimos: en cuanto sea necesario, auditable y transparente. Pero todos intuimos, percibimos, sospechamos que las encuestadoras son algo así como “el que paga, induce a los resultados”.
Entonces, ni una sola empresa goza de confianza, y si se hiciera una encuesta sobre las propias encuestadoras, el resultado sería desastroso si se trata de preguntar por la confianza.
Por ejemplo, como hace años -la gente no lee, no recuerda- han inventado el “cuco Castillo” y antes fue el “cuco Goyo” (Gregorio Santos) que hasta tuvo permiso para salir de prisión e ir al debate.
Es cierto que a la izquierda pituca, caviarona, del Comercio y la República, de Barranco y de autos y sueldos de lujo le ha afectado mucho su alianza con Vizcarra y Sagasti, luego de convivir con Humala. Se acostumbraron a los vales de consumo, a las facturas por almuerzos con cargo a cuentas de ministerios o programas sociales, pero ahora ven con pavor que esas cuentas van a tener que pagarlas al ser despedidos e ir a los tribunales que los procesarán: pesan las cuentas pasadas y las futuras.
Esa gente de izquierda acomodada, también ha convivido y fabricado encuestas y creado encuestadoras. Han manipulado elecciones en nuestra opinión y en la opinión de muchos. Un claro ejemplo fue poner a la Villarán en la Alcaldía de Lima, a Santos en el Gobierno Regional de Cajamarca y a tantos otros corruptos y sinvergüenzas en diferentes niveles de poder.
Y es que de todas las encuestas hay una síntesis inequívoca que siembra temor y esperanza. Temor en el triangulo rojo de Arana, la Mendoza y el Castillo, una suerte explosiva de “anfo, dinamita y tnt”, donde el más iluso, sobrado, patán y cobarde -políticamente hablando-, el ex cura, se ha reducido a menos del 1%, la otra a muchísimo menos del 18% que logró la ultima vez (ojo, fue tercer lugar) y ahora, el tal Castillo, un hábil miembro del serpentario subversivo (junto a Aduviri, Cerrón, Goyo & asociados) es la mueca de un cuco inflado para cerrarle el paso a Rafael López Aliaga, a Keiko y a Hernando de Soto, con tal de favorecer al Don Nadie de Lescano, pero la jugada les ha salido mal, pésima estrategia, pésima movida porque Lescano está en caída sostenida y el cuco ha crecido temerariamente (más que su anterior cuco que está en prisión).
Los sociólogos de la Católica y sus socios de la del Pacífico, dirán que el Perú digital se está enfrentando otra vez (como ocurrió con los pescaditos) al Perú “de boca a boca”, porque en los Andes la penetración de Internet es el 40% aproximadamente. Eso no es así, esto es antropología, historia y realidad nacional, no sociología.
Castillo es producto de los medios que viven de nuestros impuestos, de los poderes mercantilistas y de una mezcla de grupos de presión que viven de la ilegalidad (no informalidad) en un plan oculto que se ha hecho evidente: cerrar el paso a quien los va a ajustar y cortar el presupuesto.
Así son las cosas y no como te las cuentan los canales de TV, una radio destetada y periódicos en extinción.