Los defensores del terrorismo tienen su cartera abierta a donaciones de gobiernos extranjeros -del Foro de Sao Paulo-, que promueven esa nefasta criminalidad política de la muerte sanguinaria, tienen sus monederos cada vez más vacíos y profundos, ni siquiera se miran en el espejo de la realidad porque sus rostros son los mismos de siempre, rostros de izquierdas subversivas que pregonan odio, resentimiento, lenguaje agresivo y de confrontación, aliento a la destrucción de la institucionalidad, manipulación de masas, adoctrinamiento perverso de dirigentes barriales ingenuos y de colectivos de ciudadanos muy confiados en cualquier voz de supuesta esperanza y apoyo que les brinde estabilidad y oportunidades… y es que las izquierdas van a la carga en ritmo de desesperación ahora, irrumpen hacia la la conquista y manipulación en los pueblos que se cierran a ver más allá de lo que son y han sido; y es que como consecuencia de la suma de todas esas víctimas de la red roja, nace un enfrentamiento constante –por lo que sea- como en una búsqueda permanente de víctimas, siendo los de la izquierda subversiva, los victimarios siempre.
Pelear, enfrentar, romper, arrasar, volver a pelear, esa es la secuencia y guerra de nuevo tipo, que no necesita en esta etapa de la cuarta espada -Abimael… ¿recuerdan? ¿saben quién fue?- que es un momento de otro veneno, porque el odio ya lo llevan en el alma y la ira va aduéñandose de sus corazones. Así es como están matando al país “y muchos creen y dicen” que no es así, que no es terrorismo, que no es Sendero.
Evidentemente que para confundir a tanto imbécil que no mira lo evidente, el montaje nacional cuenta con una superestructura internacional, donde nada es casual, donde un día es el delincuente Evo quien insulta y se convierte en el ventilador de los odios contra el Perú o luego “escupe agravios” el asesino de Nicaragua, y le sigue el atolondrado enfermo de México en su vejez lamentable de canas incendiarias y por supuesto, no puede faltar el sepulturero de Venezuela, el vil dueño del imperio del narcosocialismo unido a una operadora del resurgimiento de los movimientos extremistas “de liberación” en varias partes de Centroamérica, desde el hub de la cocaína y el látex de opio, Honduras.
En toda es mezcla ruin y perversa se mueven los herederos e hijos legítimos de Sendero luminoso que están en sus últimas horas de angustias porque todo les ha fallado, desde las bombas incendiarias, hasta las balas explosivas que intentaron expandir en las protestas en el Perú. Entiendan: Sendero luminoso está en la quinta etapa de su largo proceso, donde no hay fechas ciertas, sino miradas de certidumbre sobre la creación de más incertidumbre. A eso vienen, a eso van.
La violencia de nuevo tipo es el emblema que conmueve a los “académicos de la ignorancia”, a los periodistas de la ignominia que escriben llorando, inventando escenas de dolor o historias sufridas de luchadores imaginarios, recreando novelas de puras falsedades para crear nuevos mitos, nuevos sacrificios, más muertos que sirvan en el cartél de los anuncios para las colectas.
La violencia de nuevo tipo es mas estructurada, mejor pensada, de ritmo a paso lento, intentando ser conmovedora, resultando ser más trágica. Vean, lean, analicen cada escenario y verán que esa violencia de nuevo tipo ya está en acción, en una nueva forma de guerra civil, que por estúpida que parezca la definición y crean que no es cierta, hay que detenerla, acabarla y exterminarla porque sino, explotará el país.