Alguien decía que “es necesario tener una izquierda en el Perú”, otro expresaba que “izquierda y democracia son valores que pueden ir de la mano”. Ilusiones tontas, falsedades increíbles. Izquierda es oposición total, rechazo a la democracia y la libertad, sin excepciones. Izquierda, no es una valor, no es un principio, no representa virtudes ni nada positivo; y, democracia es esencia de valores, principios y virtudes que ennoblecen a la sociedad.
Las izquierdas, en las izquierdas, no existe una sola figura representativa de liderazgo y capacidad de conducción política. Por eso están siempre aleteando en el mar de la incompetencia y sumergidas en la masa fangosa del mal ejemplo y la mala actitud.
De un tiempo a estos años, las izquierdas han seguidos desmantelándose unas a otras, saqueando y absorbiendo sus restos electorales como si fueran una suma de identidades o una riqueza que se pueda aprovechar. Sino, la soledad de la Mendoza, de la Huillca adornada por la prensa progre como “presidenciable” (una Pedro Castillo a imagen y semejanza), una hundida y procesada convicta Villarán, los Cerrón en fuga y en acomodos, fantasmas como Arana “el cura” oenegero, el comodín Arce que no le salió la oportunidad con Boluarte, los dirigentes de la destruida CGTP o del SUTEP hecho trizas por los MOVADEF y FENATEP, los recientemente publicitados y pronto dejados de lado “dirigentes del transporte” que no eran sino una manga de sinvergüenzas, el espacio carente de voceros en construcción civil, cero caudillos en las regiones y las “asambleas populares”… ya no hay Intis ni Brayans que degeneren en violencias y luego, denuncias contra el Estado por proteger a los ciudadanos.
Todo lo ocurrido es culpa de las ambiciones, soberbia y vanidad de los ultras y los extremos marxistas que en sus afanes revolucionarios -revoltosos, resentidos- siguen pensando en la guerra popular del campo a la ciudad, o en “si el problema es el poder, el poder nace del fusil”. Patéticos comunistas, no ven, no miran, no se observan en el drama de haber sido diezmados por sus camaradas los caviares, los progres, las ONG militantes y los periodistas activistas. Los acomodados burgueses de las izquierdas ministeriales y burocráticas han destruido al proletariado dirigencial que pide limosnas, cuotas y yapeos. Se han enfrentado y han perdido masa, movilización y protesta. Y lo mismo al revés: la masa de agitadores y elementos de choque, no permite que los rostros caviares y progres asuman la representación de lo poco que les queda como espacio de lucha y posibilidad de movilización.
¿Qué les pasará a las izquierdas del fusil y del campus PUC? Que tendrán que desaparecer totalmente, si siguen así.