Veo en la televisión peruana el Foro APEC y al escuchar a los narradores que fungen de periodistas -esos que leen el teleprompter-, que hablan con una especie de cólera engullida contra todo lo que le hace bien al país, me da lástima el nivel de formación y educación de esos rostros de la TV y de la prensa en general, porque se dedican a darle voz a las mentiras que les dictan diariamente sus jefes, los que antes y después de hacerlo, reciben prebendas del Estado, en forma directa o indirecta, en una especie de juego de extorsiones por temporadas, en donde te pegan como lo hacen sólo con el gobierno, te lamen como es necesario para ponerse de rodillas ante el dinero que maneja el gobierno y te cobran como se le hace a un gobierno mediocre, de esos que ya sabemos que nos han tocado por muchos años hasta ahora.
Es paradójico que los principales medios que atacaron y menospreciaron el Foro APEC sean los mismos que promovieron un paro nacional violento contra el Perú (y esos medios no pararon, pero decían a cada minuto que era necesario detener la economía, fomentar protestas, salir a las calles iracundos, entorpecer la continuidad educativa de millones de niños y jóvenes, ofender y agredir a los miembros de la Policía Nacional, es decir, hacer estallar el caos como antesala de un cambio de gobierno.
Paradójico querer sacar a un gobierno que se extorsiona, para que venga otro donde, de no ser de gusto de los medios mercantilistas (de la alianza progre-caviar) se les hará la misma oferta: “paga y me callo, paga más y te apoyo, no me pagas y te hago la guerra”.
Las izquierdas han perdido otra vez el rumbo de su existencia, demostrando que odian hasta sus propios resentimientos, hasta sus propios planes extorsivos. Las izquierdas se derrotan cada vez que vociferan odios.