Durante años de años, decenas, cientos, miles de funcionarios públicos, ministros, congresistas, “asesores” y hasta familias de los mismos, han viajado y lo siguen haciendo, gozando de privilegios derivados de esos viajes, lo que es una gravísima falta ética y en nuestra opinión, una falta que debe corregirse porque puede configurar un delito.
Por ejemplo, hace poco una ex “alta funcionaria”, viajera de varios gobiernos, se ha dado la vuelta al mundo gratuitamente, beneficiada por las casis tres millones de millas acumuladas a su nombre, pero que provienen de pasajes pagados con los impuestos de todos los peruanos, en especial de los más pobres y las clases medias. ¿Es eso correcto? No, la funcionaria debió haber entregado esas millas porque el beneficio no le pertenece a ella, sino a quien pagó: al Estado.
“Si sumamos los gastos millonarios en pasajes aéreos nacionales e internacionales que se ordenan desde el gobierno y en cada uno de los organismos descentralizados, superintendencias, gobiernos regionales y locales, hemos calculado que se podrían generar más de mil pasajes al año en rutas Lima – New York –Lima por ejemplo, lo que equivaldría a salvar cientos de vidas de niños con urgencias de traslados médicos que no se pueden efectuar por falta de recursos familiares”, esa fue una propuesta que hicimos hace años y nadie quiso hacer suya en beneficio de los más necesitados.
“La compra de pasajes aéreos nacionales e internacionales por el Estado, no genera derechos a los usuarios sino al comprador –al propio Estado, no al gobierno-, pero inexplicablemente el comprador no ordena ese cumplimiento, sino que se hace de la vista gorda y deja que se usen sin mencionar su nombre y procedencia, los beneficios generados con esas compras”, lo que equivale a una pérdida de beneficios que son del Estado, no de los burócratas.
“El gobierno nacional, los gobiernos regionales y locales no necesitan ninguna ley para advertirles a sus empleados, funcionarios o autoridades que se van a reclamar y usar esas millas y los beneficios de poder canjearlos por pasajes que se destinen a casos de urgencias médicas en niños, como primera prioridad. Y además, que en caso de hacer efectivas esas millas en beneficio propio (el burócrata o su familia) o alguien que ha recibido pasajes con fondos públicos, estarían transgrediendo la ley e impidiendo salvar muchas vidas, si los usan apropiándose de lo que se generó con dinero público”
Si se trata de demostrar ejemplo…