Algunas personas se sienten mal cuando se habla usando la palabra “viejos”, pero muchísimas familias se sienten alegres cuando por el contrario, se anuncia por ejemplo que están por llegar los viejos, o que vamos a casa de nuestros viejos. A nadie se le ocurre juzgar negativamente a un hijo que dice “nadie como mi vieja” o quizás también, nadie se atrevería a reprimir una expresión tan querida como “me recuerda a mi viejo”.
Hay canciones y palabras en poesías, versos y novelas que encienden añoranzas y recuerdos que brillan los ojos y el alma de hijos y nietos. Es maravilloso recordar, y es fabuloso tenerlos cerca, sobretodo en estos duros tiempos de pandemia.
¿Pero cómo los tienes cerca si es que no podemos visitarlos? Pues es fácil y no nos damos cuenta. Las redes sociales, la computadora, internet, la estupenda oportunidad de los sistemas de información, todos estamos en la red y no la aprovechamos, le tenemos miedo o simplemente no nos acercamos a ella y en ese sentido, se pueden hacer avances desde la banca y las finanzas, es sencillo.
¿Cómo así? Por ejemplo, ¿Cuántas veces has hablado con tus padres sobre la oportunidad de hacer operaciones por internet?… muy pocas, ¿Cierto?
Nosotros creemos que es hora de educar y atraer digitalmente, alfabetizar en la red, sembrar “likes” para ahorrar tiempo y dinero, haciéndolo bien y con calma, pero con un soporte desde la familia y los medios de comunicación en algo así como una campaña secuencial que diga “enamórate de lo digital”.
Existen barreras –me podrías decir-, pero partamos siempre de lo primero que se nos presenta. Los viejos temen, no están en estos momentos para aprender -dicen algunos desmotivadores-, están para que les hagamos la vida más fácil y aquí reside la primera prueba de fuego: “Que nos enseñen ellos la forma de aprender lo digital”.
¿No es un contrasentido? No, porque en primer luegar estamos logrando inclusión digital al hacerles atractivo el paquete que contiene la secuencia, la frecuencia y la diversión de entrar en una computadora, estar adelante en la tecnología y saber qué están haciendo todos sus hijos, nietos y la gente que anda por allí cuando toca su celular, su laptop o la computadora. Te pregunto por eso: ¿No crees que les inquieta saber qué tanto hacen mirando el celular cada uno de sus nietos e hijos? Claro que sí y es justamente esa curiosidad nuestra aliada para comenzar en la conquista de todos los conceptos y acciones.
“Enamórate de lo digital” es el reto que desde un medio virtual vamos a impulsar, pero queremos ser motivadores de alianzas, de aliados que se sientan en ese reto. No hablamos de “vender”, sino de “enamorar”. ¿No te suena más cercano?
Por ejemplo –otra vez, seamos camino de evidencias-, Doña Celia tiene 65 años, Julia 66 y Ana María 72. Las chicas van a un Centro de Adulto Mayor donde tienen unas computadoras que Mario de 65, Pedro de 71 y Aníbal de 82 las observan como esos robots de la antigua serie “Perdidos en el espacio”. Y entonces hacen la analogía y se sienten temerosos y perdidos de sólo saber que pueden estar sentados frente a la pantalla, equivocarse y pasar una vergüenza, eso piensan sin conocer el mundo digital y está bien, porque nadie les ha explicado.
La idea de “enamorarlos de lo digital” es también decirles que no es nada complicado, que no es un reto, sino una diversión, un nuevo juego de mesa cuyos componentes son lúdicos, cercanos, agradables, manuables.
Vamos bien, avanzamos. ¿Cómo puedo decirle a una persona mayor –usemos esa palabra “persona mayor” y no ancianos-, cómo puedo decirle que acepte lo digital, si le estoy comunicando por otros caminos que se quede en casa y no venga a las agencias del banco? Primer escollo… primera oportunidad del cambio y la atracción.
Vamos a generar equipos de personas entre los 35 a 50 años, que bien entrenadas y desarrolladas sus habilidades de interacción, sean “el gancho hacia lo digital”, recibiendo en agencias, con una carta escrita a mano (o una postal enviada al domicilio, personalizada), con una canción sugerente, que aceptes esta invitación a lo digital. Son sólo 5 minutos para que me veas hacer una operación sencilla y listo. Te doy un ticket con tu nombre, un número exclusivo para tí y entras al sorteo de una computadora en dos meses más.
Si vienes a la segunda reunión, que será de 10 minutos y donde seremos nuevamente los dos, recibirás impreso un manual de solamente diez hojas, a todo color, con lo que haremos ese día. Y finalmente, si te animas a visitarme más seguido, haremos grupos de tres, de cinco y hasta de siete, y podremos tomar un lonchecito aquí, en la Agencia o muy cerca. Seremos los digitales del lonchecito.
Alguien dirá: ¿Es una contradicción escribir una carta a mano y decirte que vas a entrar en la esfera digital? No es una contradicción, no temas. Más bien, imagina el impacto de nivelar las expectativas con la realidad, la suposición con lo fácil que resulta este proceso.
Y así, gancho de por medio, o mediante nuestro equipo que recibe amablemente y te va a decir algo así como “te quiero, te quiero invitar 5 minutos a demostrarte cómo funciona una operación usando el celular o una computadora, operación muy sencilla que podrías hacerla en casa si no pudieses venir en alguna ocasión a esta agencia; acompáñame”. La escena es con una chica atractiva, de buen lenguaje, de mínimo 50 años de edad para que te seleccione entre varios y los demás digan… “qué suerte la de Pepe”. Y vamos por más, igual con un caballero más joven que las dulces damas de 70’s, el mismo efecto en búsqueda y servicio educativo, formativo, atractivo…digitalizándolos, inclusión financiera en su primer paso.
Algunos no entenderán, creerán aún que la inclusión financiera es que todos tengan una cuenta en el banco y su tarjeta para el cajero. Eso no es inclusión, eso es un procedimiento de servicios financieros.
La inclusión es que el banco y tú intercatúen desde casa, desde tu trabajo, desde tu celular o laptop en un viaje, en tus horas libres, cuando quieras, desde donded quieras… cuando quieras, porque el banco estará siempre para ti.
¿Quieres saber más? Enamórate de lo digital y háblame por WhatsApp, Messenger, correo electrónico, twitter, Facebook, instagram… hablemos de lo digital, que nos alegraremos mucho.