Cuando en una sociedad el incumplimiento de las leyes permite situaciones de piratería, con acuerdos establecidos por ambiciones de poder, para establecer un status quo “legalizado” se hace tremendamente difícil corregir esas deficiencias solo con los procedimientos legales establecidos.
Las diversas interpretaciones jurídicas que puedan darse a los hechos consumados pueden generar situaciones de un caos perenne que giran como un carrusel de idas y venidas, con el cuento de no acabar.
No tendría sentido una legislación que no pueda solucionar situaciones graves y urgentes que se deberían eliminar, lo más rápido posible, para no caer en un trágico descalabro, con grandes pérdidas, que podrían llevar incluso a la muerte de muchas personas.
Las fuerzas del orden
Cuando se habla de golpe se señala una situación de ilegalidad, que no debería darse nunca en un gobierno democrático. Un golpista es el que quiere arreglar las cosas con la violencia de las armas y los tanques, aduciendo que una situación caótica lo justificaría. Si fuera estrictamente eso, estaríamos todos de acuerdo en quen no hay justificación alguna..
Cuando las fuerzas legalmente establecidas en un país democrático persiguen la delincuencia no estarían dando un golpe aunque utilicen las armas para lograr esos objetivos.
Se entiende por delincuente a una persona que ha cometido una infracción, es decir, de cualquier acto previsto y castigado por la ley penal y que puede ser objeto de una investigación en este campo.
Por otro lado, nos encontramos con la conocida delincuencia organizada. Esta es la que lleva a cabo un grupo que está perfectamente estructurado, que tiene sus jerarquías y que planifica de manera concienzuda todas y cada una de las acciones delictivas que va a realizar, junto con otras que no lo son, y que sirven como justificación para seguir adelante.
Las leyes deben darse de tal modo que no se encuentren vacíos o entrampamientos, que permitan que situaciones delictivas entrampadas en los puestos principales, que terminaría llevando a toda una sociedad al descalabro.
Formación humanística
La formación humanística es de vital importancia para conocer bien la historia y estar advertidos de las ideologías o corrientes que han sido, y continúan siendo, nefastas para la libertad de los hombres y el progreso de la sociedad.
Si una sociedad se ve entrampada porque ha sido engañada tiene derecho a protestar y usar los medios a su alcance para revertir situaciones escabrosas.
No es un llamado a la violencia sino a todas las fuerzas para lograr quitar lo que está generando, o pueda generar, con el caos, la “normalización” de la delincuencia. Una suerte de invasión de auténticos piratas que llegan para robar y quedarse con el botín. Si antes se robó acudamos a la justicia, queremos gente idónea y honrada, no nuevos filibusteros.
“tener patente de corso” quiere decir tener permiso de una autoridad para cometer ilícitos con impunidad. (Diccionario)
“Pirata es el ladrón que roba en el mar. Quienes lo hacían en los siglos XVII y XVIII contra las posesiones españolas de ultramar se llamaban bucaneros y los que por esa misma época depredaban en el mar de las Antillas eran los filibusteros. Corsarios, en cambio, eran los piratas que actuaban por cuenta y al servicio de reyes y príncipes para atacar y robar los barcos comerciales y puertos de sus enemigos, para lo cual portaban una autorización legal: la patente de corso, expedida por los respectivos gobiernos monárquicos”. (Wikipedia)
“Se denomina espionaje a la práctica y al conjunto de técnicas asociadas a la obtención encubierta de datos, de información confidencial o de cualquier género de secretos. Las técnicas comunes del espionaje han sido históricamente la infiltración y la penetración, en ambas es posible el uso del soborno y el chantaje”. (Wikipedia)
El espía ingresa al territorio del enemigo de su gobierno e intenta cumplir algunos objetivos: boicotear acciones, desactivar posibles amenazas y, sobre todo, conocer las intenciones del enemigo. En este contexto, descifrar los códigos ocultos es una de las dificultades que enfrentan los espías. (Wikipedia).
“El positivismo jurídico parte de que el científico del Derecho no puede detenerse en los valores o principios a que éste responde, aunque lógicamente promueve la crítica del Derecho positivo para su ajuste a aquellos valores y principios” (Wolter Kluguer).