Es una moda latinoamericana hablar de reformas, como siempre lo es castigar el éxito, pero ahora van con más insistencia sobre el ahorro previsional y le ponen excusas como las palabras solidaridad, egoísmo, distancia entre unos y otros, clases sociales, inclusión y equidad, cuando no se trata de nada de eso, sino de puro afán político sin ningún sustento técnico.
En el Perú -por ejemplo- el sistema nacional de reparto, el sistema nacional de pensiones o como su nombre lo determina “Oficina de Normalización Previsional” (ONP) es un rotundo fracaso desde que se inventó. A la fecha, acumula un déficit impagable que supera los 129 mil millones de soles y pone trabas para pagar pensiones de jubilación -en un rango de 500 a 893 soles mensuales- a los que pueden demostrar que han pagado por lo menos 20 años (de cotizaciones efectivas y verificadas) y además tener más de 65 años de edad. Se calcula que de cada 5 peruanos que quieren tramitar su pensión de jubilación en la ONP, sólo 1 accede a ese beneficio. Sin embargo, no se “reforma” ni se entierra el desastre estatal para rescatar a los heridos, al contrario, cada año se incrementan en una forma u otra las transferencias del Tesoro Público a la ONP (para pagar pensiones en general y para sostener la frondosa burocracia y sus contratistas de servicios). Un peruano pobre que cotiza en la ONP, lo hace para no tener pensión de jubilación, por eso decimos que paga un impuesto y recibe una condena.
En Argentina, el penúltimo país del mundo en tener el peor sistema de pensiones -todavía no es el peor para mal orgullo de algunos de los predicadores que “Argentina es campeón en todo”-, la sostenibilidad no existe, ha caducado y se sigue maquillando, irresponsablemente, injustamente. Pero la política y el populismo pueden más. Y en América latina, nos gusta el suicidio de seguir a la Argentina populista.
Y lo mismo en Ecuador, Bolivia, Nicaragua y lo mismo por todos lados, salvo en algunos países que fueron implementando los sistemas privados de pensiones mediante cuentas individuales de capitalización, pero como opción, como alternativa o complemento de los sistemas de reparto. Así, viendo de nuevo el caso del Perú, un trabajador puede escoger entre la ONP y una Administradora privada de Fondos de Pensiones (AFP). Es decir, opta libremente entre el ahorro o el impuesto pero, no es informado en el detalle antes de tomar su decisión y aquí reside un primer gran problema, porque equivocarse cuesta a futuro.
Los sistemas privados de pensiones son mejores, eso es evidente, el dinero está allí, inclusive millones de afiliados cotizantes y no cotizantes han hecho retiros de parte o todo su ahorro (la suma de aportes y la rentabilidad obtenida), pero las AFP no han trabajado continuamente la educación previsional, la alfabetización sobre la importancia del ahorro individual, en la forma y efecto deseado: como el ahorro mismo, para que sea “sostenible en el tiempo”.
Y entonces, cuando ocurre que un trabajador se queda sin empleo, nadie le dice que es necesario evitar las lagunas previsionales o períodos en silencio de aportes (pero pagando sobre un mínimo posible). Y son esas lagunas previsionales, un tema prioritario que ninguna reforma toma en cuenta con ideas y propuestas viables.
(sino pagas varios meses, estás fuera de la cobertura y puedes perder pensiones de invalidez temporal, parcial, total, permanente, o tus beneficiarios perder las pensiones de viudez, orfandad, orfandad sobre la educación universitaria y ascendencia para los padres). ¿Se dan cuenta del gravísimo error de no informar y además, perder la lealtad de clientes por no decirles estos asuntos tan estratégicos para uno y la familia?. Esa es una de las causas del desprestigio, mientras de eso se agarran los populistas de la política para dañar implacablemente al sistema privado de pensiones. Y como hay respuesta ni liderazgo gremial, cada uno se las arregla como puede en las AFP.
Y vienen más golpes. Dicen los políticos que “las AFP te roban tu dinero”; esa es la frase más común de tiempo en tiempo (antes de elecciones es más fuerte), pero nadie es señalado, individualizado o acusado del robo y no hay robo alguno, como sí ocurre en la administradora estatal (recuerda el déficit de casi 130 mil millones de soles).
En todo este enredo que estamos deshojando hay tres puntos que ahora queremos resumir. El primero, la falta de explicación. No es que no exista información, sino que abunda, pero nadie la explica con frecuencia y teniendo una secuencia ascendente, amplia, contundente, amigable, entendible. El segundo, las lagunas previsionales. Nadie te dice que sigas ahorrando y porqué es importante hacerlo y porqué tienes que hacerlo para evitar el riesgo de la pérdida de cobertura de sobrevivencia en especial. Y tercero, ¿Te dicen que se trata de un ahorro individual, tuyo, propiedad privada, sentido de pertenencia? No, no lo hacen y eso es inexplicable, porque dejan de lado el factor de construcción del convencimiento que elegiste lo mejor para ti y que debes defender lo tuyo.
Así, solamente con esos tres aspectos, los políticos electoreros, van minando la realidad y consiguen que las mentiras ahonden la incertidumbre y crezca la desconfianza ciudadana. Por eso, promueven no una sino muchas reformas a los sistemas privados de pensiones para usarlos como caja del Estado, como alcancía de los gobiernos (bonos basura por ejemplo, obligación de invertir en el país porcentajes por ley, algo totalmente absurdo).
Lo repetimos: las actuales reformas van para quitarte tu dinero, para afectar tu ahorro, para dañar tu herencia; no quieren que crezcas, no quieren que protejas tus aportes, tus ahorros, tu futuro y a tu familia.
Imagen referencial, emprendedor365.com