Hubo un tiempo donde en el Perú se podía escuchar con atención y respeto a dirigentes de grupos de izquierda, otra izquierda diferente a la porquería de la de los mil rostros de la actualidad, que a pesar de estar equivocados los de antes y con ideas bastante radicales, imposibles de dar efecto o resultado en bien del país -especialmente las referidas a la economía-, eran motivo de diálogo, debates interesantes y hasta comprensión de honestidad, porque no eran ladrones ni asesinos vestidos de políticos, sino dirigentes políticos de organizaciones también políticas, que por lo menos leían a sus precursosres, ideólogos o inspiradores. Eran gente que se cultivaba en el conocimiento, en las ideas; eran gentes con propuestas y sobretodo, eran peruanos que amaban al Perú.
Creo que esos tiempos de Barrantes, Del Prado, Genaro Ledesma, Rolando Breña, Henry Pease, Enrique Bernales y algunos más, no vuelven, porque así como al otro lado de la escena política, los vientos contaminados han logrado imponerse y en las izquierdas el caso fue peor, porque la ruta de la violencia extremista los consumió, los aniquiló. Fue con Sendero luminoso y el MRTA sobretodo, una banda de miserables extorsionadores y cancerberos, que la izquierda rompió todo su camino, para convertirse en un abanico apolillado de confusos mentales y proveedores de odio.
Mi abuelo siempre me comentaba que en la Asamblea Constituyente de 1978-1979 daba gusto sentarse en las galerías de la antigua Cámara de Diputados -que estuvo cerrada desde el 3 de octubre de 1968 por el dictador militar de izquierda Juan Velasco Alvarado-, para aprender de las palabras, discursos, alegatos y propuestas que daban casi todos los asambleístas. ¿Se imaginarían políticos muy bien presentados en su ropa, aseo y verbo? Eso ocurría, pero lamentablemente eso cambió, porque hoy en día, van con buzos deportivos, sucios de aspecto, manchados de palabra y de intenciones. Por eso, no me imaginaria una nueva Constitución hecha por los políticos de ahora, por los roba sueldos, por los acosadores, por los violadores y las que contratan pedófilos, por ladrones, cobardes, explotadoras, ladronas y sinverguenzas, por gentes inmorales, impresentables para el país.
Si nuestra nación está carcomida por estos representantes políticos del odio y el delito, el terreno de las izquierdas es algo escandaloso y por eso, una angustia enervante se cierne sobre las izquierdas, que sin tener líderes, quieren fabricar su espacio en un país que las rechaza porque han manchado lo poco de bueno que alguna vez tuvieron para mostrar.
Izquierda que compra residencias de lujo con operaciones de lavado de activos -eso pensamos porque no demuestran lo contrario-, izquierda que recibe millones de dólares de oenegés que sólo hablan de odio y agresividad, resentimientos y justificación de la violencia, una matanza cobarde que hacen llamar protesta y no es protesta de ninguna manera.
Hoy estamos ante la fallida nueva movilización de las múltiples fallidas movilizaciones que hacen desde cada uno de los innnumerables grupos, comités, asambleas, coordinadoras o como quieran llamarse los grupos de izquierdas del odio que son montones, muchos, pero sin adherentes, sin militantes, sin compañeros en el camino de sus pobres ideas que no son más que gritos en el resentimiento.
Las izquierdas están en fase de nueva descomposición, se pudren de estancamiento, y por eso, las “tomas de Lima” ya parecen el cuento de siempre y el fracaso de costumbre. Pero no nos quedemos en esa evidencia, porque para el 28 de julio se preparan sobre ese fracaso que se les viene encima.
Y aclaramos siempre: No estar a favor de la violencia en las protestas, NO significa estar a favor del gobierno, no. Defender la democracia es ser oposición a este gobierno y a este Congreso que no hacen nada bueno por el Perú, pero evidentemente, la opción al gobierno de izquierda y al congreso del crimen, NO es ninguna izquierda, sino una Derecha que no se acobarde, que sea valiente y reflexiva, que ponga las ideas y las propuestas en la mente de los ciudadanos, una Derecha que haga posible el camino de la Libertad y el fin de la violencia, de la pobreza, del comunismo y sus odios.