Triste es el diario papel que juegan las izquierdas con sus “líderes y dirigentes” reciclados y recicladas, donde ni uno es referente de algo bueno o que sirva de interés y ejemplo. Las izquierdas del odio están “fangeadas” en su lodo a modo de ring para la subsistencia y les encanta seguir allí, en su medio y ambiente natural.
Revisando diarios y publicaciones especializadas de los últimos veinte años, no encontramos una sola propuesta o idea que haya sido presentada por “alguien o alguienes” de las izquierdas, desde el extremo subversivo “legal” hasta las oficinas de las oenegés caviares. Cero producción que aporte al progreso y desarrollo del país.
Tratamos de exagerar en la búsqueda y era fácil identificar a los que llevaron al fracaso a Petroperú, que son de la izquierda. Los que hundieron a las empresas públicas, de izquierda. Los que alcanzaron a ser gobernadores por la izquierda en sus múltiples matices y nombres y que no hicieron nada bueno, reiterados corruptos de la izquierda.
Ni una sola Ley aprobada en el Congreso o salida de los últimos gobiernos de las izquierdas, ha sido favorable al país. Ni una sola municipalidad de izquierda en algún distrito del Perú, sirve de modelo e inspiración, ya que sólo se les conoce por los desfalcos y pésima gestión, por las calles sucias, los parques abandonados, el robo a diario.
Y si vemos a los que se dicen ser de izquierda, un día van con un partido, luego con otro, después cambiándose la camiseta a otra horda marxista… y los prontuarios aumentan.
Las izquierdas no tienen éxito porque están compuestas de descompuestos fracasados, ideologizados truhanes que son activistas enfermizos, militantes explosivos del resentimiento y dirigentes mercenarios a conveniencia.
Las izquierdas del odio no te hablan de trabajo, ni de impuestos, inversiones, hidrocarburos, emprendimientos, infraestructura para la vida y la longevidad, fomento a la familia matrimonial, lucha por la vida. El discurso de la izquierda es ataque, insulto, agresividad, odio, ira. Esa perversa escena que pudo haber funcionado en algunas ocasiones, ya no es sostenible.
De lo comentado, vemos que las últimas campañas virtuales y mediáticas de los progres y caviares, diseñadas para el feroz ataque y la irracional búsqueda de adeptos usando el odio, no pasaron de tres días, se hundieron en las redes cuando los ciudadanos los enfrentaron imparablemente, en otra victoria de la razón y la Libertad.
Creyeron tontamente los comunistas, socialistas, marxistas, oenegeros, progres y progras, caviares y mantenidas, que atacar a Monseñor Cipriani -otra vez- o atacar al Alcalde de Lima o a los grupos valientes que dan la cara ante las cuevas de las maldades y los sicariatos mediáticos les daría publicidad, adhesión y dinero, pero perdieron en esa acción criminal.
Y es que adicionalmente, no hay referentes, inspiradores ni expertos, académicos o empresarios honestos y de éxito en las izquierdas, porque donde hay éxito, existe esfuerzo, trabajo y honestidad. Todo eso, no lo tienen las izquierdas del odio.
Epílogo: Las mofetas izquierdistas, progres y caviares, de los bares olorosos a incomodidad, ahora son cristianas y le exigen a los cristianos que les permitan sus pecadillos, ahora son comunicadoras del odio y conminan a que les respondan sus cobardías, ahora, como ayer y antes de ayer, son la propaganda marxista escondida en eso a lo que llaman “progresismo”, casi tan violenta como el senderismo de Abimael.
¿Lo ven?