Si se tiene en cuenta, por un lado, el aumento de la esperanza de vida (y el deseo de mantener el nivel de vida habitual), y por otro, la mala salud del sistema público de pensiones, parece casi obligada la planificación temprana del ahorro.
De este modo se garantizan, llegada la jubilación, unas rentas mensuales complementarias a la pensión pública que permitan una buena calidad de vida durante un periodo que cada vez tiende a ser más amplio.
Para ello, se impone tener un cierto hábito de ahorro (realizando aportaciones periódicas) y decidir cuál es la mejor alternativa para invertir y diversificar el dinero. De esta forma se puede obtener una rentabilidad adecuada en el largo plazo, minimizando los riesgos.
Actualmente, el tradicional depósito bancario no está remunerado y, de hecho, muchos bancos empiezan a cobrar por él. También guardar el dinero debajo del colchón conlleva el riesgo de perder poder adquisitivo con el paso de los años. Frente al riesgo de invertir directamente en acciones cotizadas, en este artículo enumeramos tres opciones de ahorro a largo plazo accesibles para el perfil medio de la población:
- Los planes de pensiones personales (PPP).
- Los planes de previsión asegurados (PPA).
- Los unit linked, un seguro de vida a través del cual se puede invertir en una cesta de fondos de inversión, bonos o acciones.
A cierre de 2020, en España había 7,52 millones de partícipes en PPP, 1,26 millones en unit linked y 884 000 en PPA, con un patrimonio bajo gestión de 82 000 millones de euros para los planes de pensiones individuales, 16 000 millones para los unit linked y 12 000 millones para los PPA.
La fiscalidad de los planes de pensiones personales
Los planes de pensiones personales son un producto de ahorro muy popular gracias a su atractivo fiscal. En los PPP las aportaciones generan una ventaja impositiva pues se pueden desgravar en el IRPF, reduciendo la base imponible hasta un máximo de 2 000 euros anuales (antes del 1 de enero de 2021 el límite de la desgravación estaba en 8 000€). Así el inversor en PPP paga menos impuestos de los que le corresponderían si no destinase ninguna cantidad a un plan de pensiones.
No obstante, este ahorro es solo un diferimiento fiscal porque en el momento del reembolso o rescate del PPP (tanto si lo realiza el titular como si son los beneficiarios o herederos), se tributará no solo por las plusvalías obtenidas, sino también por las aportaciones hechas en su día.
Además, esta tributación entra en el epígrafe “rendimientos del trabajo”, por lo que está gravada con un tipo impositivo marginal que va del 19% al 47%. El porcentaje varía en función del dinero que se perciba en concepto de rendimientos del trabajo (incluyendo el procedente del PPP), el año en que se recupere la inversión. Por ello, suele ser más interesante rescatar este ahorro a lo largo de la jubilación en forma de reembolso periódico (hasta que el dinero se agote) en lugar de recuperarlo en un reembolso único.
Rescatar los fondos depositados en un PPP
Salvo situaciones excepcionales (desempleo, fallecimiento, enfermedad grave, viudedad, dependencia, orfandad, incapacidad permanente…), las aportaciones que se realizan a un PPP no se pueden recuperar hasta que se obtenga la jubilación por parte de la Seguridad Social. A partir de ese momento se puede rescatar el ahorro acumulado (después de liquidar impuestos).
Entre el 14 de marzo y el 14 de septiembre de 2020, y como consecuencia de la pandemia, el Gobierno de España estableció un supuesto temporal que permitía a los desempleados por ERTE y los autónomos cuya actividad se hubiese reducido en al menos un 75% disponer del ahorro acumulado en sus planes de pensiones.
Para fomentar el ahorro a largo plazo, en 2018 se introdujo el supuesto de liquidez, que entrará en vigor a partir de enero de 2025. Este permitirá recuperar las aportaciones hechas a un PPP con el único requisito de que tengan al menos 10 años de antigüedad.
Características de los PPP y rentabilidad
Las contribuciones a los planes de pensiones personales son voluntarias y no tienen cuantía mínima, además:
- Pueden realizarse aportaciones periódicas (que se pueden suspender en cualquier momento) o una única aportación extraordinaria.
- Se puede invertir en diversos planes (según el perfil inversor del partícipe en cada momento vital, y teniendo en cuenta la relación rentabilidad/riesgo y los gastos y comisiones).
- Se pueden hacer traspasos entre planes de diferentes gestoras sin tener que tributar por ello (se traspasan los “derechos consolidados” del PPP, constituidos por las aportaciones realizadas y las plusvalías generadas hasta la fecha del traspaso).
El principal riesgo de este instrumento de ahorro radica en que no garantiza al ahorrador el mantenimiento del capital invertido ni la obtención de intereses, salvo en el caso de los PPP garantizados (que solo aseguran el capital).
La rentabilidad de los PPP depende de diversos factores como:
- El plazo temporal entre las aportaciones y el reembolso (a mayor plazo, mayores plusvalías debido al efecto de la rentabilidad compuesta).
- El tipo de plan y fondo de pensiones elegido, que puede ser garantizado, de renta fija, mixto, o de renta variable (cuanto más tiempo quede para la jubilación, mayor inclinación hacia la renta variable debería tener, debido a la tendencia alcista y el menor riesgo a largo plazo de la Bolsa).
- Las condiciones de los mercados financieros en el momento del reembolso (un reembolso periódico minimiza el efecto de este factor mientras que un rescate único lo acentúa).
Los planes de previsión asegurados, parecidos a los PPP (pero no iguales)
Los planes de previsión asegurados o PPA también son un producto de ahorro a largo plazo, específicamente pensado y diseñado para la jubilación y muy similar a un PPP garantizado, aunque para un ahorrador de perfil más conservador.
Los PPA se constituyen a través de una póliza de seguro que garantiza no solo el capital inicial, sino también un tipo de interés durante la vigencia del contrato (este puede ser fijo para toda la vida del producto, o revisable periódicamente).
La forma en la que tributan los PPA y sus ventajas fiscales, las limitaciones en el rescate y las condiciones para hacer los aportes son iguales que las de los planes de pensiones personales (incluida la posibilidad de rescate por causas de fuerza mayor).
También es posible el traspaso entre PPA gestionados por distintas entidades sin ninguna penalización fiscal, e incluso se pueden trasferir los derechos consolidados desde un PPA a un PPP, y viceversa.
Las diferencias con los planes de pensiones personales son, fundamentalmente:
- La forma jurídica. En los PPA las aportaciones se integran en una póliza de seguro, mientras que en los planes de pensiones personales el vehículo de inversión es el fondo de pensiones.
- El aseguramiento del capital aportado.
- Ofrecen una rentabilidad mínima, que en el contexto actual de bajos tipos de interés es todavía más reducida.
‘Unit linked’: qué son, características y fiscalidad
Los unit linked son un seguro pensado para generar ahorro a largo plazo. Fueron muy populares en España hace una década y parece que vuelven a pasar por un buen momento. En los unit linked las aportaciones se estructuran alrededor de dos productos:
- Un seguro de vida (la parte de la aportación dedicada a este concepto suele ser pequeña).
- Una cesta de fondos o un conjunto de diferentes activos (esta parte es el grueso de la aportación y el asegurado asume los riesgos de su inversión).
Aunque los unit linked se instrumentan mediante un seguro, como los PPA, no garantizan el capital ni una rentabilidad determinada. En cambio, gozan de una liquidez que no tienen los planes de pensiones ni los de previsión. El asegurado tiene la posibilidad de rescatar su dinero en cualquier momento, sin estar sujeto a ningún tipo de restricción normativa. Además:
- El asegurado decide dónde invertir su dinero entre un conjunto de fondos o activos ligados al unit linked (que pueden ser de diferente tipología e incluso de diferentes gestoras).
- En cualquier momento se pueden realizar traspasos entre los fondos o conjuntos de activos ligados al unit linked. Al igual que en los PPP y los PPA, las aportaciones pueden ser periódicas o únicas.
A diferencia de los planes de pensiones y los de prevención, en los unit linked las aportaciones no desgravan en el IRPF. Sin embargo, en el momento del rescate (total o parcial y cuando el asegurado quiera), las plusvalías tributarán en el IRPF como rendimientos del capital mobiliario y, por tanto, a un tipo máximo del 26%.
En el caso de fallecimiento del asegurado el rescate corresponde a los beneficiarios o herederos. Estos tributarán en el impuesto de sucesiones (no en el IRPF) por el ahorro acumulado más el capital asegurado por fallecimiento.
Nota de redacción: Marta Olba, investigadora colaboradora del Observatorio del Ahorro Familiar IE Foundation y Fundación Mutualidad y Abogacía, es coautora de este artículo, publicado originalmente en The Conversation www.theconversation.co
La autora es Laura Núñez, miembro de Zonta Madrid y Zonta Internacional www.zonta.org además, se desempeña como Directora del Observatorio del Ahorro Familiar de Fundación IE y Fundación Mutualidad Abogacía, IE University
Fotografía: Shutterstock / Khongtham