Mucho se ha dicho y escrito sobre el “fenómeno Milei” que finalmente da a la Argentina una oportunidad de salir del agujero en que el socialismo ahora despertó la ha tenido estancada por décadas. El Peronismo, movimiento populista iniciado por Juan Domingo Perón en la década de 1940 y fortalecido por su famosa esposa, la controvertida Evita, llevó a ladrones profesionales como los Kirchner al poder.
Es en el 2023 que luego de casi 80 años, finalmente un líder basado en las ideas de la libertad llega al poder.
Lección 1: Viendo Argentina, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, Perú y Brasil, y no digamos en otros continentes, quien piensa que cederle espacio a la izquierda es bueno para que la gente se desencante, están corriendo el mismo riesgo que tomarse una botella de cicuta para ver si los mata o les produce parálisis total o parcial. Por algo todos los grandes pensadores que promueven las ideas de la libertad coinciden que a la izquierda no se le debe ceder ni un milímetro y que, si se comete el error de dejarlos entrar, sacarlos es sumamente difícil.
No aprender de la Historia, de ejemplos ajenos, puede costarnos muy caro a todos los guatemaltecos, excepto por supuesto a los que estén en el poder. Como demostrado por todos los líderes de los países mencionados, hacerse multimillonario en gobiernos de izquierda es aún más fácil que en gobiernos mercantilistas como el que hemos tenido y tenemos en Guatemala.
Lección 2: Milei ganó porque como bien lo dijo él mismo en su discurso triunfal, sin el apoyo de los otros líderes pro-libertad, no hubiera logrado la victoria. ¿Cuándo será el día en que los líderes en Guatemala dejen sus delirios de grandeza, sus ambiciones personales, y tengan visión de país? Urge menos partidos, basados en ideas no en caudillos.
Está demostrado que la clase política en Guatemala necesita urgentemente una lavada, expurgada, desparasitada, que sólo se logra reformando la porquería de Ley Electoral y de Partidos Políticos, la absurda y abusiva Ley de Extinción de Dominio, la ilógica Ley de Lavado de Dinero que da lugar a politización de la misma como arma política, al igual que la Ley del Crimen Organizado, que tipifica el tráfico de influencia como criminal cuando es algo normal en todos los países, empezando por los Estados Unidos mismos.
Si esas no se modifican, no tendremos un Javier Milei, un Jair Bolsonaro, una Giorgia Meloni o un Donald Trump en Guatemala. Nuestra mal llamada “derecha” es mercantilista y aglutina a un puñado de oportunistas que se auto proclaman de derecha por ser anticomunistas. Si esas leyes no cambian, no se compondrá este barco. Fueron diseñadas precisamente para preservar la casta política tal y como está.
Para muestra los políticos de la difunta Semilla, que no saben ni cómo funcionan las reglas del Congreso, y parecen no conocer nuestras leyes. Gente improvisada que cada cosa que hace es un insulto a la inteligencia de los guatemaltecos, una manipulación burda para engañar a la gente. Se aprovechan de que pocos guatemaltecos entienden las leyes bajo las cuales viven.
Lección 3: Los pueblos prefieren la libertad. Se puede engañar a la gente hasta cierto punto, pero cuando afecta su libertad y su patrimonio, reaccionan en defensa de lo suyo. Y si no lo creen, miren si son masivos los bloqueos de los terroristas de los 48 Cantones.
Agustín Laje lo dijo claramente: «Las ideas de la libertad vencieron a la mafia política, al aparato del Estado, a la campaña más cara de la Historia, a los asesores de Lula, a los empobrecedores del Foro de Sao Paulo, a los periodistas ensobrados, a los artistas prebendarios, a los empresaurios amigos del poder, a los sindicalistas dinásticos, a los terroristas disfrazados de demócratas, a los lobbistas del género, a las pretensiones neocoloniales de la Agenda 2030, a los adoctrinadores y lavacerebros de escuelas y universidades, a los curas villeros más enamorados de Marx que de Cristo…”
Nota de Redacción: el presente artículo fue publicado originalmente en Lecciones de la victoria de Milei – El Siglo y por su vigencia y el mensaje que nos da Betty Marroquín, lo resaltamos en esta edición internacional nuevamente.