Pedir resultados inmediatos sobre una institución pública sin dinero, sobrepoblada de empleados que no trabajaban como era de esperarse, sin planes o programas de acción, plena de desorden administrativo y funcional, no es cosa fácil en medio de una coyuntura política donde el odio se ha hecho común y donde el agravio por lo que sea, se usa de bandera para destruir al oponente, siendo que ahora, este año sobre todo, el país requiere unión en los temas prioritarios y cómo no, hay que mantener identidades políticas en sus rumbos, pero no pueden estar esas posiciones por encima, sobre el hambre, el agua, la educación, la emergencia, la seguridad, las ollas comunes, el reordenamiento comercial y urbano, el transporte en una ciudad que se ha olvidado de los conos o Limas del Norte, del Sur y del Este. Por eso, lo que se debe apoyar es la gestión y luego de muchos años, tenemos a un Alcalde que hace gestión, pero sin poner sus planes políticos y partidarios por encima de su total responsabilidad en la gestión de la ciudad más grande y poblada del país, en una Lima que está abriendo sus brazos a todos.
¿Se le puede criticar? Por supuesto, pero con razones y argumentos, no con reacciones adversas a lo que emprende o sugiere, a lo que pide o logra. Hay que, se necesita que, es una exigencia que se le diga lo que como ciudadanos creemos que debe ser de otra forma o que nos explique por qué lo hace de una u otra manera, ¿Por qué no? ¿Acaso se ha engrandecido o llenado de soberbia el Alcalde de Lima? No, no lo ha hecho y por eso ha mantenido una línea y ha demostrado -esto es muy importante-, que se puede concertar para gerenciar y tener logros de beneficio general.
Que hayan reacciones de rechazo a sus palabras o buenos deseos, es usual en una democracia tan rara y descompuesta, fanatizada hacia los extremos, pero… ¿Acaso hay alguna crítica sobre inversiones, sobre disposiciones de mejora en la administración de los recursos humanos en la Municipalidad, en la ayuda permanente y solidaria con los más pobres? No, no se da ni una sola crítica o enjuiciamiento que tenga sustento y si lo tuviera, en buena hora, que se diga y que se escuche, para que se actúe de inmediato. Pero eso de acusar por acusar o de usar el odio para atacar constantemente al Alcalde, es una vergüenza cuya partida de origen sabemos que viene de la zona caviar y no hay que darle cuerda.
Lima está mejorando desde que rompió la ineficiencia de miles de trabajadores que no trabajaban y que cobraban por no trabajar. Lima está mejorando porque ve en el transporte extendido hacia y desde Lima Norte y Lima Sur con las ampliaciones del Metropolitano, la posibilidad de servir a los más jóvenes en especial, con acercamiento digno a sus escuelas, universidades, trabajos, sitios culturales y zonas de uso del tiempo libre y esparcimiento. Lima está mejorando desde que se lidera una voz que une más voces, que hace del voluntariado una escuela de solidaridad permanente. Lima está mejorando cuando con transparencia y honestidad le dice a organismos internacionales que procesen el plan de equipamiento en el transporte para diez mil efectivos en la lucha por la defensa de la seguridad ciudadana. Lima está mejorando porque se reúne con los que debe de hacerlo y convoca a los que necesitan que los llamen. Esa es la hora de ahora en una ciudad que está a ritmo de urgencia, con acciones de emergencia.
Lo está haciendo bien, señor Alcalde de Lima. Tenemos fe que lo hará cada vez mejor, no nos falle.
