Un “experto independiente” de la ONU sobre Orientación Sexual e Identidad de Género insta a las escuelas a rechazar las normas de género binarias, ofrecer servicios que afirmen la identidad de género y normalizar la diversidad de orientaciones sexuales en las aulas y bibliotecas, colocando en grave riesgo a millones de niños.
Graeme Reid, activista pro LGTBIQ fue director del Programa de Derechos LGBT de Human Rights Watch y afirma que estas medidas radicales son necesarias para proteger a los estudiantes LGBT de la discriminación y el acoso. En su intervención esta semana ante la Asamblea General de la ONU, Reid afirmó que “los estrictos códigos de vestimenta binarios, las normas de apariencia basadas en el género y la imposición de normas ‘masculinas’ o ‘femeninas’ crean entornos excluyentes que perjudican desproporcionadamente a los estudiantes transgénero y de género no conforme”.
Cuarenta y un Estados miembros de la ONU, por intermedio de sus “representantes” entre ellos el Reino Unido, Israel, Francia, Canadá, Alemania, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia y Suiza, manifestaron su “firme apoyo” a la labor del experto independiente. Irlanda acogió con satisfacción las recomendaciones del activista Reid de que los gobiernos adopten legislación que “permita a las personas transgénero y de género diverso cambiar su nombre y marcador de género en el sistema educativo a través de un proceso administrativo sencillo”, afirmando que dicha medida “protege el interés superior del niño”, pero esta afirmación carece de sustento y significa un riesgo hacia los niños y las niñas que tienen muy claro su género y por lo tanto, son excluidos de la protección que se pretende dar a unos en menosprecio de millones (cuando los que no saben qué son, debieran recibir una ayuda especial).
El informe del activista afirma que “las leyes que niegan la posibilidad de reconocimiento legal, incluso para los niños, de la identidad de género autodefinida […] son discriminatorias y violan el derecho a la identidad” y pide que las escuelas “eliminen los requisitos de género en los uniformes escolares” y proporcionen acceso a baños, vestuarios y equipos deportivos en función del “género autodefinido”.
Estas recomendaciones contradicen las conclusiones de la Relatora Especial de la ONU, Reem Alsalem, quien afirmó en su informe “Violencia contra las mujeres y las niñas en el deporte” que “el conocimiento de las atletas femeninas de que pueden estar compitiendo contra hombres […] les causa una angustia psicológica extrema” y resulta en una “violación de su privacidad en los vestuarios y otros espacios íntimos”. Alsalem declaró ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que separar el género del sexo biológico viola el derecho internacional de los derechos humanos y pone en riesgo a las mujeres.
Alsalem recomendó que los Estados miembros de la ONU “respeten el derecho de los niños, incluidas las niñas, a estar libres de toda forma de violencia física y mental y a disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental, lo que incluye la prohibición de la transición legal y social de los niños que afirman experimentar disforia de género, así como su sometimiento a intervenciones médicas experimentales e irreversibles relacionadas con la reasignación de género”.
A pesar de la controversia sobre la ideología de género en la Asamblea General, Reid animó a los gobiernos a permitir prácticas que afirmen la identidad de género en las escuelas. El informe criticó la educación sexual que “se centra exclusivamente en la reproducción, los roles de género binarios y el modelo heteronormativo de familia nuclear” y, en cambio, pidió una educación sexual integral que “incluya conceptos relacionados con la orientación sexual, la identidad y la expresión de género, y las diversas estructuras familiares” tergiversando el concepto de familia.
Durante el intercambio con el activista de la ONU, Alemania afirmó que “la defensa de los derechos humanos de la comunidad LGBTIQ+ no es una ideología; es y debe seguir siendo parte de la esencia misma del compromiso de la ONU con los derechos humanos”.
Los términos “orientación sexual e identidad de género” son radicalmente ideológicos en la ONU y no están reconocidos en el derecho internacional ni se mencionan en ningún tratado vinculante de la ONU.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos ya establece que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” sin afirmar la ideología de género a través de disposiciones controvertidas sobre “orientación sexual e identidad de género”.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CDN), junto con otros instrumentos jurídicos, promueve el principio de no discriminación en la educación, que, cuando se aplica adecuadamente, protege a todos los niños contra el acoso escolar, la violencia y el maltrato en la escuela.
Con información vía Center for Family and Human Rights / Nueva York / USA

