Los acusadores culpables son las autoridades corruptas que tienen el cuajo de señalar como culpables a los que son honestos. Es una manera de desorientar a las masas para que no descubran la malicia escondida de sus actuaciones.
Corruptio optimi pessima (la corrupción de los mejores es la peor de todas).
Es degradante y triste ver una autoridad, que tendría que ser ejemplar, enredada en la corrupción, y es mucho peor cuando no quiere enmendar su error y miente permitiendo que delincuentes queden impunes para utilizarlos como cómplices de sus malos manejos.
La siembra del odio
Las autoridades delincuentes son las que siembran el odio y dividen a las personas para que se enfrenten entre ellas. Cuando los enfrentamientos se dan entre delincuentes de distintos pelajes y las personas que defienden el orden no estamos frente a dos grupos homogéneos. Los agresores suelen ser los delincuentes, según se puede apreciar; y es una lástima que tengan patente de corso para destruir y robar descaradamente con violencia y que no pase nada.
La ignorancia es atrevida
La ignorancia, que es el peor de los males, es también atrevida; muchos engañados creen que están haciendo de Robin Hood, robando a los que antes han robado; y muchos de ellos lo dicen: “ahora nos toca a nosotros”, esa es la “moral” escasa que tienen. Se convierten en delincuentes, como sus dirigentes, y también suelen acusar de delincuentes a ciudadanos honrados que viven de su trabajo y esfuerzo personal.
Acciones terroristas
Quienes salen con la intención de destruirlo todo tirando piedras, incendiando propiedades, atacando a los policías, con violencias que pueden causar muertes, no son personas que marchan pacíficamente para protestar, son, y hay que decirlo claramente, auténticos delincuentes y posibles terroristas, porque las acciones que realizan son las propias de la delincuencia y del terrorismo.
Los acusadores culpables
Los que azuzan la violencia y los violentistas son los que acusan de culpables a las personas honestas y a las que defienden el orden establecido, repiten arengas voluntaritas con un odio visceral sin sentido, que no tiene fundamento en la realidad. Es un fanatismo ciego y despiadado con un odio irracional y estúpido.
El amor a los pobres y a todas las personas
Las ideologías de odio chocan con el cristianismo que predica el amor, la comprensión y el perdón entre los seres humanos. Solo Dios, con su poder infinito, puede parar los arrebatos y disputas que llevan a la destrucción del hombre. A Él acudimos pidiéndole la paz para los pueblos y para cada persona.
Las desigualdades que existen en el mundo por los egoísmos humanos solo pueden superarse cuando el ser humano quiere de verdad a su prójimo y se involucra en los programas de ayuda, para el auténtico progreso de las personas. El camino nunca será la violencia. La violencia solo engendra violencia.