Las espeluznantes cifras que se están conociendo sobre los crímenes ocultos de los gobiernos comunistas es una verificación de lo sanguinario que puede ser el accionar del marxismo leninismo y sus adaptaciones militantes como el maoísmo, castrismo, pensamiento Gonzalo y el ejercicio de esas locuras -puestas en escena- llevadas a cabo por en Corea del Norte, las atrocidades en Nicaragua, Venezuela, la Unión Soviética, los países de la cortina de hierro y también, las aplicaciones mediante acciones subversivas y el terrorismo.
Hablamos de millones de niños golpeados, esclavizados, usados y abusados sexualmente por los dirigentes de los gobiernos de los países comunistas, tan afines a la degradación absoluta y la inmoralidad manifiesta.
Señalamos las millones de víctimas en las “sociedades socialistas”, mujeres violentadas, obligadas por chantajes y a golpes “a aceptar” al jefe político, al comisario del partido comunista, al líder local de la brigada, a entregarse en cuerpo y asco a los abusos sexuales de quienes poder mano, las hacían elementos de sus placeres, porque les era imposible sentir cariño, afecto, aprecio, admiración o amor. El interés de “hacer suyas” a las mujeres que les daba la gana, era tan grande, que cuadrillas completas de dirigentes del partido comunista se agolpaban para que les designen cuartos del placer y el daño a las mujeres y niños.
Las mismas y peores prácticas de abuso mental, sexual y físico que hicieron los nazis, las desarrollaron aún más los comunistas en todo el mundo, ocasionando millones de mujeres angustiadas por tener que recibir castigos a cambio de recibir espacios momentáneos en paz.
Solamente en Cuba, se estima que de cada 10 mujeres 5 han sido abusadas por dirigentes del partido comunista o han sido usadas para noches de esclavitud sexual a cambio de alimentos o un vale de acceso a los servicios de salud en la isla de la dominación castrista. Y se menciona que en el caso de la prostitución infantil el tema pasa a mayores escándalos, cuando en la Habana se comercializan niñitos de 9 a 11 años para que los depravados de la política que llegan a Cuba, los sometan.
Un mundo donde el comunismo ha matado sueños e ilusiones, es un mundo que debe cambiar con urgencia y es obligatorio hacerlo desmantelando las redes de abuso y explotación sexual de inmediato.