En la política peruana nada es inventado, ni siquiera el clan de los que siendo ineptos para gobernar, son expertos para destruir, conspirar y derribar la extraña democracia que tenemos que parchar y resanar cada semana, cada mes, cada año, toda la vida.
No aprendemos y nos empecinamos en darle un Voto al más imbécil, al más ladrón, al mentiroso y la mentirosa que nos están diciendo sus falsas promesas. Insistimos en ser una categoría excepcional de la estupidez convertida en falsa ciudadanía y cuando alguien te cuadra en nombre de la igualdad, la no discriminación y el correctismo, aceptas esa sentencia contraria a lo racional, porque decirle imbécil al que lo es, mentirosa y mentiroso al que lo revela con sus actos y palabras, ladrón al que roba, asesino al que mata, criminal al violador y sanguinario al terrorista, no es dejar de pensar en la igualdad, pero de las víctimas, no de los victimarios. No es por tanto discriminar cuando se señala la podredumbre de las izquierdas, no es incorrecto cuando expresas una opinión, una idea, un pensamiento, pero si vas a callar cuando te lo exigen los culpables de siempre, estamos fregados (o mejor dicho, estás fregado).
Los que gobiernan ahora, como sus antecesores y los de antes también, es decir, los culpables de siempre, los elegiste sabiéndolo y aunque puedan volver a insistirte tus amigos con esa frase tan dolorosa “te lo dije”, en verdad te lo dijeron y hasta te lo rogaron, te imploraron que no volvieras a hacerlo pero no escuchaste porque no te dio la gana de hacerlo, porque no te importa el país, porque dijiste que si entraba Castillo te ibas del Perú. ¿No te acuerdas de tus palabras desde la playa?
¿Y te fuiste? No, al contrario, te acomodaste con el gobierno usando el discurso de “dar la oportunidad” y ahora no sabes ni qué decir.
Nosotros sin embargo podríamos decirte: “por tu culpa”, pero como estamos pasando la Semana Santa, perdonamos todo y a todos (a todas también).
El país ya no puede caer más, está reventando por varios sectores, pero sobretodo en el campo político, que es la zona de mayor daño hacia los sectores productivos, con precios que siguen subiendo, con una inflación que no deja de aumentar, con el castigo a los más pobres a no alimentarse, con la condena a las clases medias al retroceso en sus niveles aspiracionales. Pero hay una especie de mancha de ingenuos y cobardes que siguen tolerando la estupidez y no se atreven a protestar, a dar la pelea, a defender al Perú.
¿Qué están esperando? La dignidad no alimenta el estómago cuando se pierde la sensatez y se entrega la Libertad.
Ilustración referencial, de la artista sueca Jacqueline Ilijin