Seguramente saltarán los resentidos y los que se sienten directamente aludidos, eso es bueno y se agradece la autoinculpación de artistas impotentes de capa caída y obsesión por escenas de sexo sin comienzo ni final, seudo intelectuales armados de Iphone o un sencillo para la cabina de internet en el barrio, dibujantes sin destreza ni imagen propia, humoristas que alguna vez fueron centro de aplausos y hoy son tiktoqueros de mofa a sí mismos, escritores de poca lectura y extraño oficio radial como periodistas bamba, “jutbolistas” de sangre plena de resentimientos y envidias, modelos sin fustán y con maquillaje en las neuronas, llorones caviares e hijitos de la billetera de “papi” de la católica y la pacífico, académicos sin prestigio y que se dicen catedráticos, que obligaron a sus alumnos a marchar por el caos y la violencia, narradores de noticias llenas de espinas, odio y várices en la mirada, columnistas de portales de la planilla de la peceeme… es decir, “todas, todos y todes” los fanáticos que con Vizcarra en especial, fueron rentados y alquilados para repetir los slogans y frases manipuladoras del gobierno, para ser “reeducadores” en las redes sociales, al servicio de la criminal política sanitaria y económica que causó la muerte de más de doscientos mil peruanos, la pérdida de más del 70% de los ahorros de cada familia y el desempleo innecesario de más de 7 millones de compatriotas. Para eso fueron alquilados y les gustó ser alquilados. Ahora ¿Han ¿regresado a su tubería?
Dirán que uno es injusto y lo soy. Son peor que todo lo peor que se puede pensar. Son la asquerosidad de la palabra mal usada, son la degradación de sus propias enseñanzas, son la puesta en escena de mercenarios que destuyeron esperanzas, explicando sus violentos discursos como un “anti”, pero siendo un verdadero “pro-corrupción”, “pro-degradación”. Y lo saben y están ahora repitiendo una actuación increíble, que a la vez, aumenta su militancia contra el país.
Más de dos mil “todo tipo de influencers” recibieron a nivel nacional, directa o indirectamente fondos públicos y de sus aliados privados, para ponerse en la fila de la campaña progobierno con Vizcarra y sus secuaces, contra Merino a rabiar, y luego al servicio de la dupla Vizcarra-Sagasti que siguió ampliando el descalabro moral, según nuestras fuentes.
Y esos voceros y voceras de todo calibre, de toda profesión, procedencia y ocupación, estuvieron respaldados por un millonario, persistente y permanente aparato de soporte desde los medios de comunicación que se vendieron y esperan seguir vendidos ahora en esta nueva fase de gobiernos de izquierda que dominan el panorama nacional. Por eso, un día parecen que atacan y al día siguiente se ponen de rodillas o por lo menos, se van inclinando al poder, se reinventan, se reciclan en el fango y la inmundicia de su militancia.
Prensa corrupta -es verdad y duele escribirlo-, empresas aliadas de la corrupción en el poder, gremios en posición de ventrílocuo, la academia comprometida con la perversión y desviación intelectual, influencers “de moda” alquilados al mensaje del resentimiento, del odio, la agresión y la violencia, millones de soles invertidos en las redes sociales y cuanto espacio inundaban a la fuerza, a empellones y maldades… mientras morían miles de trabajadores, de jubilados, de abuelos, de familiares luchando por un espacio en un hospital, por una medicina, por un balón de oxígeno, por una esperanza que nunca les fue dada.
Hoy muchos de esos, que estuvieron en silencio cómplice durante los primeros meses del gobierno de Castillo, ya no están callados porque se encuentran nuevamente, seguramente, en la planilla del gobierno, pero –con excepciones de ingresos a la lista de operadores- algunos siguen haciendo gratis esa sucia labor, esperando que les recompensen pronto.
Reflexión: La Libertad y una mejor democracia, se reconstruyen con ciudadanos, con las familias, no con “influencers”, tampoco con los cobardes.
Imagen referencial, Nobbot