Las muecas, medias verdades, pantominas, teatralidades por montones y escenas de falsedades, es parte de la irracionalidad que ha dejado de ser atractiva desde su anterior oscuro orígen: la caviarada del dueño del odio, el camarada “Gus”, un director de operadores y sicarios mediáticos, actuando bajo el manto protextor y abastecedor de “pruebas y siembra de pruebas falsas”, vía el sicario y operador del servicio de inteligencia paralelo, un tal “jarvi, el sucio”, en cuyas manos y “fábrica”, están los equipos de interceptación y recodificación de comunicaciones, algo así, para ponerlo en palabras más simples, de una serie de equipos portátiles -desplazables- que intervienen tu celular, tu lap top o computadora, y además, pueden alterar y adulterar tus mensajes de WhatsApp, messenger, Facebook, Twitter, Instagram o lo que sea; pueden ingresar a tu computadora y “robarte archivos o modificarlos”. ¿Lo sabían? No nos leyeron.
Hace algunos años se invirtieron decenas de millones de soles en adquirir equipos de inteligencia, así como destinar otros millones en adiestramiento y capacitación en el manejo “de los maletines Pegasus”, que son las instalaciones móviles que se conectan en tiempo real con la central de operaciones del servicio de inteligencia paralelo. Esas capacitaciones se hicieron en el exterior, en México, España e Israel.
Todo ese entramado confidencial, reservado y asolapado, es “la fuente del saber” y de las extorsiones y los chantajes, reglajes, seguimientos, interceptaciones, chuponeos y andamiaje de formación de bandas criminales que sirven para delinquir en nombre de los intereses caviares y los de sus mandantes.
El drama nacional que se ha creado por este gran secreto de los secretos y maldades, es que ha sido descubierto y los “descubiertos y descubiertas” están huyendo de los medios de comunicación donde reinaban. A cada uno y una les han dicho lo que se venía con “Gus” (echado y traicionado por “Jarvi, el sucio”). Recibieron el mensaje y bueno, aceptaron irse con algo así como “buscando realizar mis propios proyectos y muy agradecida…”, pero el chupo reventó y los caviares en fuga, como era natural, lanzaron sus arengas de odio por no seguir en el medio donde eran las estrellas deseperadas del billete bajo la mesa.
Hoy, vemos que la noticia que decía: “anuncian ‘agradecidos’ que se van de un canal, radio o medio escrito y días después comienzan a declarar que son ‘un problema’ para algunos poderes políticos, es el nuevo guión que les ordena el camarada “Gus”, lógicamente.
La escena final está en camino, donde los mermeleros y guaripoleras que se creen comunicadores y viven de supersticiones, están viendo al gato negro pasar delante de ellos, con mirada fija, anunciando que ya viene el último cobro, el más importante y necesario, el que nunca esperaron: el de la ciudadanía a ellos. Prepárense caviares.