Nuestra clase política es cada vez más parecida a esas bandas de antiguos juguetes chinos a las que se les daba cuerda para que toquen una sórdida canción con monos de grotesco latón pintado.
El organillero mayor es Martín Vizcarrra, el presidente accidental que tiene el atrevimiento de cantar victoria sobre su derrota electoral suponiéndonos ignorantes. Como dice Pepe Barba, “Solo como ejercicio matemático: Somos 22’227,581 electores.5’658,002 no votaron; 3’313,916 votaron blanco o nulo. 13’255,663 emitieron votos válidos. 9’941,747 votaron SÍ SÍ SÍ NO. Las cifras demuestran que solo el 44.7 % del total de votantes apoyó la fórmula del Gobierno”.
Peor todavía, el inepto anuncia la fanfarronada de la gran reconstrucción. Olvida que, como sostiene a octubre Perucámaras, las regiones sin incluir Lima y Callao han ejecutado solo el 40.8 % de su presupuesto asignado para proyectos de inversión pública, que asciende a S/ 36,827.8 millones. Y en lo que va del año, solo se ha ejecutado el 65 % del presupuesto del Gobierno Nacional.
De modo que el autoritario candidato a dictador el 2021 (según su asesor argentino Maximiliano Aguiar, en declaraciones a la TV bonaerense) miente sin rubor y ofrece gobernar por encima del Congreso, al que pretende saltar a la garrocha.
“Haciendo eco a la voluntad expresada por los peruanos en las urnas” ahora va a constituir otra Comisión de Alto Nivel (de la que se excluye a la Fiscalía de la Nación inconstitucionalmente) integrada por “líderes y profesionales notables, honestos, y con ganas de trabajar de manera desinteresada para emprender la ‘impostergable’ Reforma Política: “… la reglamentación del financiamiento de partidos políticos (aprobada en el referéndum), la inmunidad parlamentaria y el voto preferencial, entre muchas otras propuestas que puedan surgir (….) el Gobierno generará las condiciones para que puedan trabajar con independencia y celeridad”.
¿Dictadura de nuevo cuño? Quizá nueva Constituyente, con el Parlamento pintado en la pared, con la líder de la oposición encarcelada y su abogada amenazada. Con el presidente García amenazado también de ser indebidamente detenido y con un blindaje cada vez mayor que le da todos los beneficios a Odebrecht, a Graña y las constructoras que no pagarán indemnización razonable al Estado; y más bien volverán a contratar con el Perú como si aquí nada hubiese pasado.
Monos de latón, que buscan el aplauso de la prensa cómplice del régimen. Eso es lo que tenemos a diciembre de 2018, con los peores augurios para el nuevo año.