Es como la canción que habla de “balas cargadas de odio y frustración” pero en este caso en particular, son las progres y las caviares quienes en vez de pólvora han usado sus pocas neuronas para atacar vilmente a todo lo que no sea “izquierda”, a fin de promover el resentimiento, la envidia, el celo injustificado, el rechazo y la forma de insulto como arma ofensiva. Pero les han salido al fresco en las calles, en los medios y en las redes sociales, desde una estudiante hasta una madre de familia, desde una obrera de limpieza hasta una abuela que cansada de ver y leer “lo mismo de siempre, desde los culpables de siempre” no puede callar más, como nadie calla y se levantan voces fuertes, miradas valientes y mensajes contundentes que NO tienen que ser “respetuosos” con los que son lo son, que no tienen que ser “educados” con las que NO lo son. Ya basta de tolerancia y tener en la complacencia algo así como “no les des importancia, déjalo pasar”. NO, no les vamos a dejar pasar.
Les cuento por ello que ayer en la tarde, en un café de Barranco estaban cuatro RMP 2.0 bien enfundadas en su vestimenta huachafísima, con jeans de rotura en las rodillas, como si fueran niñas, como si fueran jóvenes o en un momento de sus pensamientos -si es que piensan, no lo sé- creyentes a sí mismas que son bellas, esculturales y atractivas, siendo unas jamonadas podridas malolientes y desechables. ¿Está mal decirlo? NO, es lo más decente que se puede expresar a marmotas, mofetas y cerdeñas de fango compartido. ¿Les duele? Que les duela.
No estamos para tiempos de complacencias y tolerancias del absurdo. Los que se meten con nuestros valores, con nuestros principios y creencias religiosas, haciendo del agravio y el insulto su neo lenguaje, van a tener la respuesta inmediata, precisa, en el mentón lleno de botox que las pone más cementadas que de costumbre, en esas caras donde no sonríen, porque se les revientan los puntos y se derrama el ácido hialurónico. Por eso sus vidas son perversión por un lado y soledad absoluta en el otro. Por eso sus palabras brotan como espuma que ha sido mezclada con veneno, por eso, mienten, manipulan, engañan y se engañan y atacan la Fe de un Pueblo.
Les estamos dando la pelea, hasta enterrar tanta porquería de las izquierdas del odio. ¿Esta bien hacerlo? SÍ.