Y es que no tienen ideas porque sus tiempos están cerrados a pensar en qué van a gritar y maldecir, cómo harán para que se reaccione ante sus insultos y agravios. Esa es la tendencia en las izquierdas del odio, una tendencia del mal, que no hace tendencia para ningún bien, porque la deshonestidad intelectual la llevan en cada una de las pocas neuronas que navegan en sus mentes hirvientes de búsqueda de “estallidos” de lo que sea, por lo que sea, pero con un solo objetivo: la toma del poder, lo que no significa gobernar, no, esa es solo una escala posible o conquistable, siendo lo necesario “establecerse en todos los ámbitos, para tener el dominio de la presión y el ejercicio del control y la represión”. Eso es, esa es la mirada y el sueño que traerá la pesadilla del marxismo actual que no quiere ser llamado marxismo, ni comunismo, ni socialismo, sino “progresismo” o alguna de las decenas de marcas comerciales que usan para el engaño en la política y en los procesos electorales, las dos vías para que se tenga el poder absoluto (ahora sí, poder).
Sucede que los de las izquierdas del mal, que son tantas y diversas como sus auto percepciones, de la noche a la mañana se han despojado de su afirmación “la religión es el opio del pueblo” para pasar a ser una especie de ultra conversos, a fin de atacar a los que están en sus miras (conservadores, católicos, evangélicos, libertarios…).
Una de sus tareas es forzar a los ciudadanos a creer que ellos, los de las izquierdas del odio, saben de protocolo papal, del Vaticano, que saben lo que va a decir o pensar el Papa con su mirada o devoción. Pero si les preguntas por la doctrina social de la Iglesia o las Encíclicas, enmudecen, te dicen intolerante. Vaya desfachatez del que odia a la religión católica, a los Cristianos y al propio Papa, pero se le acercan y posan a su lado, como para validarse en el sentido de ser “ellos, ellas y elles” una especie de voceros o intérpretes del Papa porque antes de serlo, los conoció, escuchó, compadeció y abrazó en gesto de humildad sacerdotal y acogimiento, sean quienes sean, en nuestra Iglesia que siempre se abre a todos.
Como ven, “usan para confundir”. Y si se trata del Alcalde de Lima, le inventan contradicciones que suenan a ser ciertas, como que las escaleras que hizo en un cerro, no sirven para sillas de ruedas (y es que no son para sillas de ruedas las escaleras, porque se requerirían elevadores y no hay dinero para elevadores u otros sistemas de ayuda porque la municipalidad se recibió sin dinero y recién están saneando la economía), que las barandas se han pintado de amarillo y debían ser de otro color (siendo el amarillo más visible), que inaugurar un Hospital de la Solidaridad en alguna provincia para favorecer a los más pobres, no es su función y así, si viaja con su dinero que porqué lo hace, que si no cobra sueldo seguro es porque está robando y es que… les vuelve el recuerdo de la convicta izquierdista que destrozó la Municipalidad más importante del país, llenándola de caviares y progres con sueldos que eran un insulto frente a la incapacidad y ociosidad “de los contratados”.
Y así, van buscando “una semana de argumentos para encender el odio” y puede ser entonces, que vuelvan a la carga inventando sanciones y limitaciones en el ejercicio sacerdotal al Cardenal Juan Luis Cipriani, llegando a extremos que buscan que les demanden por calumniadores pero, provocan para victimizarse y organizar de inmediato campañas con ONG que les recaudan recursos y se sospecha, lavan activos para financiar a diversas izquierdas del odio. Por eso, HOY atacan con una fineza de torpeza, ya que los ciudadanos les dan la pelea y de forma inteligente, porque al odio y a la ira se les enfrenta, no se les provoca.
Estamos en la Era Caviar, un modelo temporal de promoción del caos, que busca dar imagen de racionalidad en lucha por algo que no saben las izquierdas qué es. Estamos en la Era Caviar, que es el tiempo de la ausencia de líderes y de la carencia de dirigentes, en que quieren fabricar o hacer caudillos a un seudo sacrificado vocero de sectores informales o de colectivos en extinción por soledad de representación, a ver si les sale otro burro del establo político, con falsas huelgas de hambre “hasta morir”, marchas de protesta con “cientos de miles” que nunca son, ni cientos ni miles, sino unos cuantos atolondrados, engañados y usados, junto a los que manejan las convocatorias “a cambio de”, esa es la frase condicionante: “a cambio de”…dinero.
Amigos y no amigos, estemos atentos y disparando balas de Libertad, porque hoy es lunes 19 de mayo y la gran pregunta es: ¿Y ahora, de qué harán hígado las izquierdas del odio en la Era Caviar?
