Cualquier ciudadano “antes, se callaba”, miraba de costado o simplemente no les hacía caso a las hordas de las izquierdas que con cargado resentimiento y cólera atacaban a los demócratas, a los conservadores y a los que tienen Fe o simplemente, a los que no son como ellos (ni en pensamiento, ni en palabra, ni en acción). Lo real era evitar “perder el tiempo” con los acomplejados, los ignorantes, los imbéciles de la casta podrida caviar y política que no une al Perú, sino que lo divide, atacando y destruyendo valores, principios y virtudes. Pero, hubo un gran despertar en los tiempos, que rescataron algo que es innato en los hombres y mujeres libres del país: la enorme espada de la verdad y el escudo de la Libertad.
Hace algunos pocos años, comenzó la contra revolución ciudadana frente a los rostros del marxismo y todas sus máscaras de hipocresía y maldad, ya sea que se llamen “socialistas”, progres, eco-ambientalistas o colectivos de lucha (armada o por armarse contra el pueblo), frente amplistas, amarillos, rosados, morados o arco iris de iras. A los ciudadanos y sus familias, les cansó la mentira y la perversidad de las izquierdas y se sublevaron ante el odio.
No esperaban las izquierdas acomplejadas y los medios violentos, que todos los ciudadanos les comiencen a salir al frente, a responderles, a enjuiciarlos públicamente, a decirles que se dejen de mentir, que se dejen de atacar al que no piensa como ellos, al que no cree que la violencia es un camino en democracia.
Y por eso, desde ese asqueroso lugar de miserias y homenaje al terrorismo, conocido como “el ojo que llora”, desde esa mole de concreto ruin denominada “el lugar de la memoria” (de sendero luminoso y el MRTA) hasta las tumbas de los cobardes subversivos, hay un viento nuevo que está haciendo desaparecer los hirientes gritos y murmullos de los que hacen del odio, su himno de alabanzas a la muerte.
Y es por eso que ahora, hay manadas de caviares al ataque, por odio, por sangre…como siempre, pero peor, en busca de encender iras contra el Alcalde de Lima, contra los pocos medios de comunicación como Willax TV, el diario Expreso o La Razón, contra los valientes portales independientes que acusaron a la mafia de Odebrecht y sus ONG (que reciben fondos sucios del exterior).
El Perú, a pesar de sus silencios y ese “largo tiempo el peruano oprimido” -por las izquierdas-, “la humillada cerviz levantó” para darle a su gente, a sus jóvenes y a cada ciudadano en su conjunto, las armas de la fuerza que la verdad y la razón nos dan, para acabar con la podredumbre de las izquierdas.