En México, mientras se ha mantenido la estabilidad cambiaria durante la administración de Manuel López Obrador, la ratio de deuda llegó a 49.7% del producto, habiéndose elevado desde 43.9 % en 2019. Producto que la gestión pública generó un déficit fiscal annual creciente. Desde 2.3% en 2019; hasta 5.9% en 2024, de acuerdo con cifras y estimaciones oficiales. Por lo tanto, es un hecho que la gestión de AMLO trasladó 5.8 puntos del producto real mexicano, a precios del 2018, para pago por parte de futuras generaciones de mexicanos y mexicanas.
Esta situación estructural deficitaria, ocasiona que hacienda y crédito público de la presidenta Claudia Sheinbaum, recién asumido el gobierno del país que dio al mundo, el maíz, el cacao y el jitomate, según sus palabras durante discurso de asunción. Tenga que iniciar su gestión con la certera necesidad de colocar una importante emisión de bonos durante el periodo para afrontar; tanto el déficit fiscal, las necesidades provenientes de la gestión de PEMEX y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); pero, sobre todo, para financiar el ambicioso plan de acción de 100 propuestas anunciado en la plaza del Zócalo [1].
A viva voz, en tan importante plaza, la Sra. Sheinbaum ofreció: incluirse en la revocación de mandato en el 2027, junto que no regresaría la “economía neoliberal”. Así como también, mantener lo que llamó, “la economía moral y humanismo mexicano”, que paradójicamente, incluye la muerte de cerca de treinta mil mexicanos al año (por parte del narcotráfico y otras mafias). Por ello, de acuerdo con los criterios de hacienda y crédito [2] público, equivalente al marco macroeconómico multianual en Perú, se puede estimar que la emisión fluctúe entre 15 a 18 mil millones de dólares, dependiendo de los planes que se prioricen.
Debo precisar que la deuda externa neta público federal de México totalizó 216 mil millones de dólares al cierre de agosto de este año; y una emisión entre 15 a 18 mil millones. Significaría un crecimiento entre 6.9% y 8.3%. Equivalentes al 35.5 por ciento del presupuesto de toda la función educación en el presupuesto de la república mexicana.
Por otro lado, no veo difícil que pueda realizar la promesa de “mantener la austeridad y la disciplina financiera y fiscal”, dado que la administración de Manuel López Obrador no mantuvo disciplina financiera y fiscal, porque continuó con la política de crecimiento de la deuda pública por déficit fiscal creciente. La cual se inició desde antes de Felipe Calderón Hinojosa y continuo con Enrique Peña Nieto. A lo cual se aúna, la promesa que seguirá financiando el desarrollo y que no aumentará la gasolina, diésel, la electricidad y el gas doméstico por encima de la inflación, lo que implica subsidio desde las empresas públicas correspondientes.
En materia de “austeridad republicana”, término que utilizó y para el cual no existen precisiones. Indicó la existencia de espacio para mejorar “la función gubernamental y hacerla más eficiente”, que la de su predecesor, liberando así, “más recursos a usos de mayor valor social” argumento para el cual no hay sustento técnico. Respecto al manejo de las finanzas públicas, después de seis años de una administración que calificó de “responsible”. Indicó que, “es necesario avanzar un paso más para potenciar no solo el crecimiento económico, sino el bienestar”.
En materia de inversión extranjera, explicó que México aprovechó el fenómeno de la relocalización (nearshoring), registrando 36 mil 058 millones de dólares de inversión extranjera directa (IED) al 2023. Que representa un incremento del 14.1% respecto a 2018. Por otro lado, basándose en estimaciones del Fondo Monetario Internacional, para el cierre de este año, justifica el pobre crecimiento de la economía mexicana (3.2%) al compararse con los promedios de América Latina y el Caribe (2.5%).
El total de bonos mexicanos al 30 de septiembre de este año suman [3] 4,537,338 millones de pesos. Debiendo ocurrir la definición de los términos de la emisión, en los primeros días de octubre, previo a la entrega del primer paquete presupuestal de esta administración, que debe presentar Ramírez de la O en noviembre. Si es que continúa porque todos los días se anuncia su posible distanciamiento, dada la magnitud del trabajo requerido.
La prestidigitación financiera que demandan las 100 propuestas de la plaza del Zócalo implica una gran laboriosidad en la transformación de dineros y partidas movilizando recursos por doquier. Dado que de acuerdo con lo comprometido y formalizado en los “Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2024, se estimó que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), se reducirán de un pronóstico de 5.4% en 2024 a 2.6% para 2025. Para posteriormente mantenerse en 2.7% hasta el final del horizonte pronosticado a 2029. Estos montos permitirían mantener estable el Saldo Histórico de los RFSP en 48.8% del PIB hasta 2029, sin rebasar una meta de 50%, la cual quedará como margen dentro del presupuesto federal)”.
Sin embargo, la presidenta Claudia Sheinbaum no dispone de ahorros gubernamentales que existían previamente a la gestión de Manuel López Obrador (por aprox. 2 puntos del PBI) por lo que la implementación, bajo juramento, de sus 100 propuestas, es muy probable que enfrente limitaciones de recursos. Sobre todo, si no guarda de las previsiones correspondientes dado que no se puede mantener alto el gasto, con poca disciplina fiscal y “austeridad republicana”, sin implementar una reforma tributaria, dada la promesa de no endeudar más a la nación. Además, según el FMI[4] quien ajusto sus previsiones de crecimiento a la baja, proyecta que el impulso fiscal supere el 2.4% en el PBI del 2024. Con la complicación añadida que la economía pueda caer en recesión por la implementación de reformas no entendidas.
Termino indicando dos cosas. Que me llamó la atención, dentro de las 100 propuestas de la plaza del Zócalo, la ausencia de medidas que fomenten el crecimiento económico, el cual permite disponer de los recursos fiscales para atender el costo de las 100 propuestas. El cual incluye, “el cuidar del precio justo de la tortilla”, la gasolina, el gas doméstico o el diésel, por ejemplo, con recursos del pueblo. Dado que los precios justos nunca se logran con subsidios usando el preciado dinero del pueblo.
Lo segundo. Que la santísima virgen de Guadalupe proteja a la Sra. Claudia Sheinbaum, porque necesitará de su protección para que las empresas públicas; no generen en México, lo que generan en todo el mundo; y para que, los cambios en la justicia mexicana no espanten, inversiones e inversores, que tanto necesita el pueblo mexicano. Además, que la ausencia de alusiones en su mensaje a la lucha contra el narcotráfico y la violencia, donde mueren cerca de treinta mil mexicanos al año, contrastan con su promesa a no mentir, no robar, y nunca traicionar al pueblo. Que la virgen la proteja.
[1] https://alertas-v2.directoriolegislativo.org/pkenu2d3z0v9v27fr73p7cce_CSP100.pdf
[2] https://www.finanzaspublicas.hacienda.gob.mx/work/models/Finanzas_Publicas/docs/paquete_economico/precgpe/precgpe_2025.PDF
[3]https://www.banxico.org.mx/valores/PresentaDetallePosicionGub.faces?BMXC_instrumento=2&BMXC_lang=es_MX
[4] https://www.imf.org/en/Countries/MEX