No se puede negar que la minería es uno de los pilares del crecimiento y desarrollo de nuestra economía. Como se señaló en el 2020, esta actividad representó un 14.4% del PBI peruano y su caída del 13.2% restó 1.64 puntos porcentuales a la variación anual del PBI. Si se evalúa por el lado del empleo, un 21.9% de la PEA se encuentra en este sector. Así como estas, otras cifras también resaltan la relevancia de la minería en nuestro país. No obstante, diversos candidatos presidenciales plantean el cierre de importantes proyectos mineros, como el de Tía María, lo que nos invita a reflexionar sobre la pertinencia de estos, más aún por el efecto económico de la mencionada actividad para nuestra economía.
RANKING MINERO 2020
En febrero, el Fraser Institute publicó los resultados de la Encuesta Anual de Compañías Mineras 2020, que caracterizan a los países según el Índice de Atracción de Inversión, que a su vez está compuesto por el Índice de Percepción de Políticas y el Índice de Potencial Minero de Mejores Prácticas. Respecto de la atracción minera, el Perú se posicionó en el puesto 34 de las 77 ciudades y países evaluados, con una caída de 10 ubicaciones con relación a 2019. A nivel de Latinoamérica y el Caribe, nos posicionamos como el cuarto destino más atractivo para la inversión minera, luego de la ciudad de Salta en Argentina, Colombia y Chile. Por otro lado, Venezuela y Bolivia se encuentran entre los últimos diez destinos de atracción minera a nivel global.
El valor del Índice de Atracción de Inversión para el Perú en 2020 fue de 70.4, inferior al 75.1 alcanzado el año previo y 11.1 puntos debajo del valor alcanzado en 2018, que además fue el más alto en estos últimos 9 años. En cuanto al Índice de Percepción de Políticas, el 75.2 alcanzado se convirtió en el segundo valor más alto para Perú, luego del 79.7 obtenido en 2018. Por el lado del índice de Potencial Minero de Mejores Prácticas, la calificación fue de 67.2, el segundo valor más bajo desde 2012, año en el que se puntuó 65.2.
INESTABILIDAD CAUSANTE DEL RETROCESO
En los últimos años, los resultados de esta encuesta fueron favorables para nuestro país hasta 2018, año en el que se alcanzó la puntuación más alta. No obstante, desde 2019 se experimenta una caída notoria y preocupante. Frente a ello, cabe preguntarnos cuáles son los causantes de este retroceso. Inevitablemente, y con base en los parámetros considerados para la evaluación, la inestabilidad del entorno nacional es determinante.
Como se observa en los resultados, el principal retroceso se produjo por causa de la caída en el Índice de Potencial Minero de Mejores Prácticas, el cual considera el potencial a partir de aspectos del entorno nacional, como un entorno regulatorio de clase mundial, impuestos altamente competitivos, sin riesgo político o incertidumbre, y un régimen minero completamente estable. En cuanto a las regulaciones, la preocupación por parte de los encuestados fue menor a la de años previos, ya que se ha mejorado en los temas ambientales, administrativos y se han aminorado las inconsistencias regulatorias.
Como se mencionó previamente, el principal obstáculo para la mejora de las inversiones es la inestabilidad política, así como los problemas socioeconómicos. Así, a pesar de que la dimisión del expresidente Kuczynski se dio en 2018, la crisis política cobró mayor notoriedad ante los inversionistas mineros a partir de 2019. Los conflictos entre el Ejecutivo y el Congreso en ese año y en 2020, ciertamente, perjudicaron la percepción internacional.
Aún más, los constantes problemas con las comunidades aledañas a las zonas mineras no terminan. Para hacer frente a esta problemática, en 2018, se implementó el Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero-Energéticas Rimay, con el fin de articular al Estado, los gremios empresariales, la sociedad civil y la academia. No obstante, los resultados no son percibidos aún en el exterior. Por ejemplo, una señal negativa para los inversionistas es la paralización por más de diez años del proyecto Tía María.
La minería es el sector del que más depende el país, por lo que no se puede paralizar proyectos que generarían mayor empleo e ingresos. Las propuestas deben estar orientadas a mejorar la reputación internacional. Ya se está mejorando la calidad regulatoria, pero aún los trámites como el de solicitud de perforación son perjudicados por algunas inconsistencias. Además, se debe crear y, principalmente, reforzar los mecanismos de negociación y diálogo con las comunidades involucradas, a fin de que comprendan los beneficios y los compromisos al permitir la ejecución de los proyectos; así como para identificar, anticiparse y tomar acciones frente a todo aquel grupo de interés que tenga por agenda entrampar el desarrollo de las industrias extractivas, en particular de la minería.
Alzas del precio de los minerales, como el del cobre, no pueden ser desaprovechadas, aún más en situaciones como la pandemia, en la que será primordial poner énfasis en la reactivación económica por todos sus frentes.
Nota de redacción: El presenta artículo fue publicado originalmente en el Semanario de ComexPerú, el gremio privado que agrupa a las principales empresas vinculadas al Comercio Exterior en el Perú. comexperu.org.petia maria