1. La falta de objetividad de los medios es cada vez peor. La gran mayoría de izquierda celebró y se pronunció con odio y sarcasmo sobre la posibilidad de ver arrestado a Donald J Trump, que aborrecen. Es tal su odio que no son capaces de diferenciar entre legalidad e ilegalidad. Defienden a criminales como Hunter Biden, pero criminalizan a Trump. Llegan al colmo de repetir todos como loros lo mismo, con las mismas palabras. Cómo siguiendo las indicaciones de alguien…
Los medios serios hasta entrevistaron a gente de izquierda y gente abiertamente no afín a Trump, que defiende la legalidad.
2. No todos los demócratas son iguales. Hubo muchas voces en contra de un juicio a todas luces ridículo. Desde iluminados del mundo legal como el reconocido Profesor Alan Dershowitz a congresistas Demócratas se pronunciaron en contra de un proceso absurdo, por un crimen inexistente, mal fundamentado, plagado de ilegalidades y espurio. Dershowitz es un auto proclamado liberal (socialista) demócrata, amigo de los Clinton, que abiertamente dice que ha votado contra Trump en 2 campañas y probablemente vote contra Trump en el 2024. Eso es tener objetividad. Eso es ser ético. Eso es amar la justicia que debe ser siempre apegada al Derecho, igual para todos. Ahora sale que Obama recibió una millonada de dinero cuestionable en sus campañas, pero como con los Biden y los Clinton, seguro no pasará nada.
3. Los Estados Unidos están siendo gobernados por el Presidente y gobierno más incompetente, absurdo, risible, abusivo, prepotente y criminal de su Historia. Biden sale abiertamente diciendo que no pueden dejar correr a Trump y por eso tienen que ver como lo fastidian judicialmente. Si eso, no es un descaro absoluto para alguno, en serio, su odio por Trump le nubla el raciocinio.
4. Los Estados Unidos están cayendo en el juego de la politización de la administración de justicia para fines políticos e ideológicos. Una corte estatal no puede tomar atribuciones federales. Un caso caduco, no puede ser juzgado nuevamente. Un testigo como Cohen que dice abiertamente que es capaz de matar para no llegar a la cárcel. En ese país, como en Guatemala, la infidelidad no es un crimen. Trump le pagó con dinero suyo a Stormy Daniels, y el asunto sucedió mucho antes de ser siquiera candidato. Ella cometió un crimen al intentar extorsionar a Trump, como era el estilo del Puyo Zamora. Por algo a ella se le ordenó pagarle a Trump poco más de $600 mil por difamación. Lo bueno es que empiezan a abrir los ojos algunos ciegos, que se dan cuenta del precedente que esta payasada implica.
Vinieron a probar a la república «bananera» de Guatemala con la corrupta Cicig, para luego aplicar lo mismo en todos lados, incluyendo Estados Unidos.
5. Trump es un enemigo de temer porque no suele dar pasos en falso. Ha cometido errores, como cualquiera, pero no ha llegado a donde ha llegado por gusto. Ya tiene casos armados contra sus atacantes, porque siempre, sin excepción, la mejor defensa es el ataque. El fiscal de Nueva York fue financiado por Soros. El juez dió dinero a la campaña Biden-Harris y su hija trabajó en la campaña de Kamala Harris. Eso les resta objetividad y deja claro dónde están parados con respecto a Trump.
6. Queda claro que los objetivos de Soros y sus pares van mucho más allá de todo. No les importa hundir a la potencia que ha sido Estados Unidos, destruyendo su tejido social, sus pilares económicos, su fundamento legal y la gente que aplaude impávida como focas, no ven que sufrirán las consecuencias igual que todos los que sí lo vemos venir.
7. Trump es arrogante, sin duda. Pero al menos defiende la familia, la libertad, la fe, la institucionalidad, su patria, la legalidad y los principios republicanos sobre los cuales se fundamente una verdadera democracia. Pero la arrogancia que ciega lleva a soberbia está aniquilando todo lo anterior.
El que tiene oídos que oiga, ojos que vea, y cerebro que lo use y se informe. No se vale vivir en una nube por elección y luego quejarse.