Cuando los más jóvenes hablan de política, en algunos alejados de la juventud nace una definición severa al decirles que no saben nada, que no han pasado las penurias de los mayores, que son aburridos y que mejor escuchen música o vayan a hacer deporte, que son seres extraños; pero la política hablada en su momento, con las palabras más simples y sencillas por los protagonistas de todo cambio, nosotros los jóvenes de hoy, no es aburrida, ni es extraña, porque hablamos de entendimiento, de escucharnos, ser alegres y compartir esas alegrías para construir un mejor país, un país de todos, sin exclusiones, lejos del odio y la violencia que nos quieren dejar como permanente herencia, como un lastre que no debemos abandonar. Y eso, eso no es así.
Miren por ejemplo estas palabras en toda su dimensión: “Ustedes, jóvenes, pueden pensar que su misión, su vocación, que hasta su vida es una promesa pero solo para el futuro y nada tiene que ver con vuestro presente. Como si ser joven fuera sinónimo de sala de espera de quien aguarda el turno de su hora”. Y repito entonces con mayor fuerza: Y eso, eso no es así.
Protagonistas ahora, no mañana, ese es el reto diario, para levantarnos con Fe, para ir al colegio, la universidad, el trabajo, al campo, la playa o el deporte y hacerlo bien, con ganas de estar haciendo cosas buenas para todos.
Muchos políticos nos dicen que somos el futuro, pero insisto: eso no es así. Somos presente y construiremos futuro, no estamos en una larga fila para que nos digan luego de muchísimo tiempo: bueno pues, ahora te toca a ti. No “pues”, así no funciona lo que es bueno para todos, así no se construyen democracias, así no se educa en Libertad.
“No queremos ofrecerles a ustedes un futuro de laboratorio. Es la “ficción” de una alegría, no la alegría del hoy, del concreto, del amor. Y así, con esta ficción de la alegría los “tranquilizamos” y adormecemos para que no hagan ruido, para que no molesten mucho, para que no se pregunten ni pregunten, para que no se cuestionen ni cuestionen; y en ese “mientras tanto” sus sueños pierden vuelo, se vuelven rastreros, comienzan a dormirse, son “ensoñamientos” pequeños y tristes” dice muy bien el Papa Francisco.
Entonces, el sentido de un mensaje muy claro nos compromete ahora -no mañana ni pasado- es ahora. ¿Cuándo? Ahora.
Les dejo estas frases de un amigo mío que está terminando un libro sobre las llagas de la gente que perdió su Libertad:
“Queremos abrir las manos para poder agarrar el vuelo de la esperanza, queremos abrir los ojos para sentir el viento de las oportunidades, queremos entonar un himno que sea el esfuerzo de cada uno convertido en el resultado de todos, queremos seguir nuestro camino haciendo que la brisa de la unidad nos proteja y cuando miremos a cada lado, estemos seguros que tenemos a un peruano haciendo más, para que más peruanos logren más”