ACI Prensa, México.- A pocos días de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desechara dos controversias constitucionales que buscaban revertir la polémica Norma Oficial Mexicana NOM-046, que permite el aborto en casos de violación para menores de edad, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) recordó que “no existe el derecho a matar”.
En un documento publicado en agosto de este año, titulado “A favor de las niñas y mujeres víctimas de violación y del concebido no nacido”, los obispos mexicanos señalaron que entre las modificaciones más críticas aplicadas a la NOM-046 figura que “sustituye el concepto de aborto, por el de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y legaliza la práctica del aborto sin establecer ningún límite en el tiempo de la gestación”.
La norma federal, añadieron, “deshumaniza y renuncia a la atención integral de la víctima, pues el personal de salud que participe en el procedimiento de interrupción voluntaria del embarazo no estará obligado a verificar el dicho de la solicitante, al amparo de una aplicación equívoca del principio de buena fe previsto en la Ley General de Víctimas”.
Los obispos criticaron que la actual redacción abre “un camino de graves consecuencias, pues promueve la impunidad en favor del agresor y permite que la víctima se reincorpore al ámbito en el que sufrió la violación, con el altísimo riesgo de ser re-victimizada”.
“Más grave aún, puede constituir un mecanismo facilitador para que los agresores sexuales coaccionen a las víctimas para que soliciten la práctica del aborto y –con ello– evadan las consecuencias previstas en la legislación penal vigente”, señalaron.
Indicaron que la normativa federal “no fortalece la protección de las mujeres, atenta de modo flagrante contra cientos de miles de vidas inocentes y pavimenta el camino para la inserción de la cultura de la muerte como dinámica social”.
Más adelante, la CEM subrayó que “si bien la mujer embarazada como resultado de una violación no ha sido responsable por haberlo concebido, esto no priva al nasciturus, al bebé por nacer, de su derecho a la vida.
Asimismo, el no nacido no es un agresor, es una segunda víctima inocente que no debe sufrir la muerte por un crimen que no cometió”.
“Reconocemos los derechos fundamentales de las mujeres y reconocemos los mismos derechos en el no nacido”, subrayaron, al tiempo que remarcaron que “no existe el derecho a matar, existe el derecho a vivir”.
Embarazada. Crédito: Flickr Inorganica (CC-BY-2.0)