He revisado el desempeño de Kamala Harris como vicepresidente USA y en realidad, es complicado encontrarle resultados e indicadores de acierto, ya sea en su gestión, como en sus comentarios sobre cualquier tema de interés público, sumado a que no ha sido competente en el acompañamiento al presidente Biden, de por sí, muy enredado y apagado en un liderazgo ausente para una nación que nunca deja de marcar el rumbo de la Democracia o corregirlo en defensa de las libertades.
Kamala Harris no les habla a los norteamericanos, les increpa, los castiga, no les dice la verdad. Harris es una operadora de la industria malévola del aborto indiscriminado, de la desunión de las familias, del sacrificio “empujado a la muerte” de los enfermos de gravedad o terminales que aún en el último segundo de sus vidas, claman Fe y esperanza en un milagro, como la vida misma.
Harris es un error político que puede provocar mayores conflictos a nivel de Latinoamérica, sino veamos lo que hizo en Guatemala, en la frontera con México o en otros países donde ella y sus equipos de apoyo a políticas ONG se han dedicado a la promoción de temas inconsistentes e insostenibles con lo que requieren los países en desarrollo.
En su desesperada carrera electoral, Harris ha dicho sobre el presidente Donald Trump que él “prohibiría el aborto a nivel nacional, restringiría el acceso a los anticonceptivos, pondría en riesgo los tratamientos de reproducción asistida y obligaría a los estados a monitorear los embarazos. Solo googlea Proyecto 2025 y lee los planes por ti mismo”. Esto es totalmente falso.
Desde Univisión.com se lo han aclarado a Harris: “La propuesta de gobierno de Trump se llama Agenda 47, y allí están sus planes en caso de llegar a la presidencia. Respecto a poner fin a los embarazos, a la anticoncepción y a los tratamientos de reproducción asistida, el texto detallado de su plan, dice: “Nos opondremos al aborto tardío, a la vez que apoyaremos a las madres y las políticas que proporcionan un avanzado cuidado prenatal, acceso a métodos anticonceptivos y al IVF (tratamientos de fertilidad)”.
Pero vayamos a tópicos más políticos: inmigración desbordada, economías nacionales y desregulaciones, la crisis permanente en Venezuela, Nicaragua sin libertades, la eterna isla de la esclavitud comunista llamada Cuba, el narcotráfico y su relación con la subversión extremista de izquierda, la avasalladora presencia China y sus negocios, el rol de México más hacia la izquierda, las anfetaminas y el daño a la juventud, el terrible incremento de la delincuencia cada vez más violenta y agresiva. De esto, ¿Sabe algo, dice algo concreto Kamala Harris? Porque en cambio, a Donald Trump no le tenemos que leer las cartas, sabemos muy bien que viene con un mayor empuje que antes y hará lo necesario para atacar cada problema, con soluciones fuertes e irreversibles.
Creo que Kamala Harris sería la peor socia de Latinoamérica, así de simple, así de evidente.