En las grandes revoluciones políticas de la Historia, los opositores solían ser ejecutados. En el siglo XX, las naciones más “civilizadas” los desterraban. En los tiempos modernos, estamos presenciando un nuevo sistema: el borrar del mapa político a la oposición.
Gracias a las redes sociales, nuevo campo de batalla ideológica y política, era muy fácil diseminar uno sus ideas, fueran de la índole que fueran, y aducimos poder hacerlo porque “aún éramos libres”. Hoy vemos cómo los medios de ese monopolio dantesco que llamamos Internet, pueden limitar, callar y hasta borrar del mapa a quien gusten, impune y libremente. Ellos son los dueños de la autopista de la información, ellos tienen el control de qué y quién circula por su propiedad.
Gracias a ese poder ilimitado, las grandes corporaciones ahora se han plegado completamente a lo que digan sus usuarios o clientes. Los que más alto hablan son los políticamente correctos, demostrado en la quema de negocios a lo largo y ancho de los Estados Unidos en el 2020.
Esas corporaciones hoy amenazan a los conservadores en el Congreso de los Estados Unidos, en ambos Senado y Cámara de Representantes, con no financiar sus campañas políticas para reelección si apoyan al Presidente Donald J. Trump. Quieren eliminar cualquier posibilidad del Presidente Trump para optar en 4 años por la Presidencia. No contentos con eso, quieren eliminar la posibilidad de cualquier funcionario de su Administración para existir en política, en cualquier forma. La denominada lista negra incluye a todos los servidores públicos que trabajaron bajo el mando de Trump, y que se vuelven “los incontratables”.
La revista Forbes ha dicho que le hará la guerra a cualquier empresa o firma que contrate a un Republicano trumpista. Así de descarado.
El país de la tolerancia, del partido que habla de unidad nacional, es ahora el país de la intolerancia y la división. Hoy en el Congreso, discutiendo el impeachment para nuevamente enjuiciar a Trump, dieron muestra clara del nivel de bajeza política, de mezquindad humana, que poseen. No existen límites, y no se dan cuenta que actuando y hablando así, alienan a la mitad del país.
Si logran su cometido, ningún conservador volverá a aceptar en voz alta que es conservador, ni aceptará un cargo público. Estaremos por siempre bajo el mando socialista globalista, inevitablemente. Y eso, no se limitará a los Estados Unidos. América Latina seguirá este patrón, como lo recetaran los socialistas internacionales desde inicios del siglo XXI.
Insisto, tendremos lo que merecemos, con creces. De permitir que esa purga se concrete, el adoctrinamiento e imposición del socialismo globalista será imparable. Se habrá producido una verdadera purga social.
Nota de redacción: En el gráfico pueden observar el resultado dela votación en la Cámara de Representantes. Ahora irá la votación al Senado.