Se le dice “compadre”, de acuerdo a su sentido etimológico, al que coopera con el padre en la educación de su hijo, lo que constituye un padrinazgo. Cuando falta el padre el padrino hace las veces de este. Además, se le suele escoger teniendo en cuenta su calidad moral y el aprecio que le tiene a la familia, para que pueda ser un colaborador ejemplar, con las buenas costumbres de la casa y su expertiz de paternidad para beneficio del ahijado.
El compadre corrupto
Lamentablemente la palabra “compadre” tiene otras connotaciones, que son además peyorativas, y que indican más bien la corrupción de la paternidad. Se emplea para designar a dos “amigotes” que se juntan para apoyarse el uno al otro, en cualquier tema, aunque se trate de algo ilícito.
Los compadres están más cerca de la complicidad que de la amistad. Son capaces de cubrirse entre ellos amarrando situaciones irregulares que incluso perjudican a terceros. Los compadres se comprometen tácitamente a guardarse “lealtad”
Los hay en todos los campos y forman grupos donde el compadrazgo es el elemento de unión; manejan modos de relacionarse originales con apodos o chapas peculiares y signos o modos de singularizarse.
Entre ellos se entienden, y si las situaciones son delictivas, forman un frente común de comunicación que ellos manejan con bastante discreción. Son auténticas mafias que buscan enquistarse en un poder. Su filosofía no es para conseguir el bien común sino para favorecerse ellos y poder tener más. Para lograr esos objetivos manipulan, mienten, falsean documentos; como para ellos todo vale, arremeten sin escrúpulos rompiendo lo que haga falta, aunque el costo sea muy elevado, eso no les importa.
Reacción de la sociedad
Ninguna sociedad debe tolerar el manejo de unos “compadres” que son cómplices para robar lo que ellos nunca han ganado y quieren hacerlo habiendo corrompido antes a las autoridades para poder entra de una forma “legal”.
Ninguna ley, por muy democrática que sea, puede favorecer a la delincuencia. Las empresas, las instituciones y los estados deben tener mecanismos de defensa que actúen de inmediato para expulsar a los compadres con rabo de paja de los lugares que deben ser ocupados por personas notables en su conducta y calidad profesional.
Los seres humanos no debemos buscar algo distinto sino algo mejor. No es lógico cambiar los automóviles viejos por carretas. Lo lógico es cambiarlos por autos modernos, que tienen un mejor funcionamiento.
Los seres humanos competentes son los que se han esforzado en trabajar y han conseguido un nivel alto en su capacidad profesional, y son idóneos cuando los acompaña también una hoja de vida inmaculada y meritoria.