No comentaremos hoy sobre los héroes del siglo XXI sino sobre los múltiples Herodes que ahora son legión en esta época.
Como recuerda la Sagrada Escritura y muchos libros de historia, Herodes el grande que nació el año 74 antes de Cristo y murió el año 4 después de Cristo fue un gobernante ambicioso, vanidoso y déspota, que solo le interesaba su figura y su poder como rey. La historia lo recuerda como un hombre sanguinario y malicioso lleno de placeres y de venganzas con muchos muertos en su haber.
Muchos podrían preguntarse ¿Qué tiene que ver Herodes del siglo I con el siglo XXI? La respuesta es clara y contundente, solo hay que ver a la mayoría de gobernantes que están rigiendo los destinos del mundo.
El rey Herodes fue importante porque en su tiempo estaba dirigiendo los destinos del mundo. Se enfrentó a alguien más poderoso que él y que no parecía, porque no tenía soldados, ni armas para defenderse, no tenía nada que se pueda ver como poder; sin embargo lo que tenía era poderosísimo: la Verdad.
Es exactamente lo mismo: la legión de los Herodes contemporáneos, tienen ejércitos, mucho dinero, un potente poder mediático y llevan la voz cantante por todos los rincones; sin embargo su gran debilidad es: no tener la verdad.
La gran mentira
Los Herodes contemporáneos dirían hoy lo que Herodes el Grande les dijo a los Reyes Magos:
“Vayan y averigüen con diligencia acerca del niño; y cuando lo encuentren, me avisan, para que yo también vaya y lo adore”.
Se trataba de una gran mentira; aparentaba ser muy bueno y era malévolo, sanguinario y tremendamente celoso.
Los Reyes Magos se dieron cuenta que Herodes mentía y se fueron por otro camino sin decirle nada. Es entonces cuando Herodes manda matar a todos los niños, porque quería matar al que consideraba su rival.
Ambiciones maliciosas y nefastas
¿Qué tenía en la cabeza Herodes? Solo ambición y poder, Él era el Rey, nadie podía quitarle eso. La corte, sus soldados y todo el pueblo tenían que pensar como él (pensamiento único). Quien no le era fiel merecía la muerte inmediata.
A muchos políticos y gobernantes de hoy, la verdad les resulta incómoda, por la incongruencia de sus propias vidas (doble vida) y por las ambiciones que tienen.
Están dispuestos a salir airosos armando “negociados” con citas bíblicas fuera de contexto e interpretando leyes para que de la impresión de que todo es ordenado; hablan continuamente de la lucha contra la corrupción y contra la violencia, cuando ellos son los corruptos que generan situaciones de violencia. No tienen el menor reparo de acusar a otros de los desmanes que ellos han ocasionado generando situaciones de injusticia que claman al cielo.
El poder en mano de los Herodes contemporáneos
Hoy, por las cámaras de seguridad, se ven los asaltos de los delincuentes. También se ven claramente, sin necesidad de las cámaras, porque todo está a la vista, situaciones de delincuencia organizadas por los mismos gobernantes, en distintos países del mundo. Actúan impunemente y sin ningún escrúpulo haciendo lo que les da la gana para obtener prebendas y beneficios particulares y de grupo.
Es lo que hizo Herodes para mantenerse en el poder, no le importaba maltratar e incluso estaba dispuesto a matar al que se le oponía. Le pareció que el Niño, que había nacido en Belén, era un peligro para su poder y decidió eliminarlo. No le importó la muerte de muchos niños inocentes.
Hoy muchos gobernantes promueven el aborto como si fuera un progreso para el país y el mundo; piensan el exceso de población y las familias numerosas, son demasiada carga y difíciles de poder controlar.
Con políticas poblacionales abortistas, que se están aprobando en muchos países del mundo, se está haciendo un daño muy grave a la población, además quienes las fomentan ni siquiera se percatan que terminarán siendo ellos los más perjudicados.
Herodes terminó muy mal, esta fatalidad se repite con la mayoría de los gobernantes que se han opuesto a la vida.
Ojalá se conozca mejor la historia de estas vidas trágicas y penosas que fomentaron campañas contra la vida, para que muchos aprendan a escarmentar en cabeza ajena.
Dios nos hace ganar a todos
Llamemos a Jesús, que es el Redentor y Salvador, para que nos libere, de esta pandemia humana, que está azotando el mundo.
Lo estamos viendo en muchos países: esconden la verdad, mienten, roban, y con el botín hacen una repartija entre sus propios grupúsculos, que solo se mueven con las seducciones del placer y del poder. Así venden su alma al diablo sin que les importe el bien común y el honor de las personas. Ellos engañan, atropellan y avanzan sin ningún escrúpulo, como Herodes y sus soldados.
Luego la historia nos cuenta que fue el poder constituido con los gobernantes de turno quienes luego flagelaron y crucificaron a Jesús. Cometieron el peor crimen que se pudo cometer en la humanidad, utilizando el “clamor popular” motivado por ellos mismos. ¡Cuánta gente engañada pedía la crucifixión de un inocente!
Si somos conscientes de esta realidad, tenemos en nuestras manos el poder de la oración, para volver a poner al Señor en el sitio que le corresponde. Él debe ser Rey de Reyes y Señor de los Señores.
En Reino de Cristo en la tierra es de paz y de felicidad y por lo tanto de prosperidad y Esperanza. ¡Feliz Navidad! (P. Manuel Tamayo)