Todo lo que ha pasado pone evidencia lo que tanto hemos insistido a través de este portal, la urgente necesidad de tener una educación de calidad que llegue a todos los sectores.
La prioridad de la educación debe ser un empeño que una a todas las personas y a las instituciones del país con unos objetivos claros y bien delimitados.
La base para lograr estas metas está en la familia, que es la célula básica de la sociedad. Conseguir que las autoridades, la Iglesia, las instituciones educativas, las empresas y los bancos fortalezcan a las familias recordando que los padres son los principales educadores de sus hijos. Cada familia debe encontrar los medios que la sociedad unida les alcanza para lograr estos objetivos prioritarios.
La educación es la mejor inversión para el futuro. Si se hizo mal hay que rectificar y crear un sistema educativo sólido, moderno, de calidad y de prestigio que forme personas bien capacitadas para afrontar con un nivel humano virtuoso, los problemas y las dificultades que puedan presentarse en el país.
Las deficiencias de la mano dura
Cuando las cosas no salen bien y se produce un caos se reclama la mano dura. Es una reacción natural por la indignación que se tiene al ver los alborotos o estropicios que se hacen por ignorancia o falta de cultura.
En los hogares
En los hogares donde falta amor y los criterios educativos brillan por su ausencia surgen fácilmente situaciones de violencia: severidad y dureza de los padres para poder controlar a sus hijos; piensan que con el miedo, la amenaza y los castigos conseguirán educarlos. Pegarles a los hijos que se portan mal no arregla nada, al contrario complica más las cosas y genera en ellos rebeldías y odios que podrían durar muchos años y quizá, toda la vida.
En los colegios
La mano dura en los colegios, con controles y castigos severos, para los que incumplan los reglamentos, crea ambientes represivos y fomenta actitudes de desconfianza, conductas hipócritas y una competencia desleal entre los mismos alumnos. En esos ambientes es muy difícil conseguir formar a los alumnos en las virtudes humanas que, a veces, los profesores ni las tienen.
Quienes ejercen la política de la “mano dura” en los ámbitos educativos son los que menos autoridad tienen. El “orden” que consiguen solo será consecuencia del miedo y no del ejercicio de las virtudes que solo se pueden adquirir en un ambiente de libertad.
En la sociedad
Aunque en nuestras sociedades se vean conductas desaforadas, irreverentes donde abunda la ignorancia y la desorientación, tenemos que pensar que son seres humanos y deben ser tratados como tales.
El desorden y el caos social viene arrastrado desde hace muchos años por las falencias y los descuidos de autoridades que tuvieron la oportunidad de arreglar las cosas con programas eficientes para un verdadero progreso y no hicieron nada.
A estas ineficiencias se sumaron una legión de corruptos que desviaron los fondos de esos programas a sus propios bolsillos, causando el deterioro social que nos coloca en una situación desastrosa.
La solución no es “la mano dura”. El camino no es militarizar, el camino es educar. Los seres humanos no son ganado. A la gente no se las gobierna con “obligaciones” ciegas. Es necesario informar bien, decir siempre la verdad, explicar las cosas de un modo didáctico y sencillo, y sobre todo comprender a las personas en sus distintas circunstancias.
¡Qué importante es la libertad! Para lograr que las personas entiendan, quieran y aprendan a ser responsables.