En un encuentro cargado de simbolismo y esperanza, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, mantuvo una audiencia privada con el Papa Francisco en el Vaticano, con un tema central que resonó profundamente: el retorno de los ucranianos detenidos en Rusia. «El regreso de nuestra gente de la prisión fue el eje de mi conversación con el Santo Padre. Confiamos en la asistencia de la Santa Sede para traer de vuelta a los ucranianos que han sido capturados por Rusia», expresó Zelensky en sus redes sociales, destacando la importancia del diálogo con el pontífice.
El líder ucraniano subrayó la angustia nacional en torno a las personas capturadas y deportadas. «Para todos nosotros en Ucrania, el tema de los adultos y niños secuestrados es doloroso. Muchos civiles se encuentran en prisiones y campos rusos», detalló. Su mensaje adquirió un tono aún más sombrío al recordar la reciente muerte de la periodista ucraniana Viktoria Roshchyna, quien perdió la vida mientras estaba en cautiverio en Rusia. La trágica noticia, subrayó Zelensky, representa un golpe devastador no solo para los periodistas, sino también para los defensores de los derechos humanos y la libertad de prensa en Ucrania.
Un encuentro en busca de la paz
El encuentro, que se prolongó durante 35 minutos en la Sala de la Biblioteca del Vaticano el viernes 11 de octubre, fue el tercero entre Zelensky y el Papa Francisco, después de sus reuniones en 2020 y 2023.
Durante la audiencia, el Papa entregó a Zelensky una obra simbólica: un relieve de bronce que representa una flor naciente, con la inscripción «La paz es una flor frágil». Este gesto subrayó la urgencia de encontrar una solución pacífica en un conflicto que sigue cobrando vidas. Zelensky, por su parte, obsequió al pontífice una pintura titulada «La masacre de Bucha. La historia de Marichka», un testimonio visual de la brutalidad de la guerra.
A lo largo del día, las conversaciones de Zelensky con los altos funcionarios vaticanos, entre ellos el cardenal Pietro Parolin y el secretario de Relaciones Exteriores de la Santa Sede, Paul Richard Gallagher, giraron en torno al estado actual de la guerra y la difícil situación humanitaria en Ucrania. También se abordaron posibles vías para alcanzar una paz duradera, al tiempo que se trataban cuestiones relacionadas con la vida religiosa en el país.
La «diplomacia humanitaria» como esperanza Uno de los aspectos clave de la jornada fue la misión humanitaria encabezada por el cardenal Matteo Zuppi, enviado papal. La diplomacia del Vaticano se ha centrado en facilitar el regreso tanto de adultos como de niños ucranianos capturados durante la invasión rusa.
Aunque los avances en este sentido han sido limitados, algunos retornos ya han tenido lugar, lo que alimenta la esperanza de que la intervención del Vaticano pueda generar un cambio significativo. En un post posterior en sus redes sociales, Zelensky destacó que, durante su encuentro en la Secretaría de Estado, se discutió la implementación de la «Fórmula de Paz» ucraniana, con un enfoque especial en el retorno de los niños deportados y la liberación de los rehenes civiles y prisioneros de guerra. Además, mencionó la preparación de una conferencia internacional en Canadá a finales de octubre, destinada a abordar estas cuestiones humanitarias cruciales.
El apoyo internacional y el futuro de Ucrania
El presidente ucraniano se mostró optimista respecto al apoyo internacional, particularmente tras la reciente visita del cardenal Parolin a Ucrania. «Estoy convencido de que su visita ayudará a fortalecer los esfuerzos globales en la restauración de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania», afirmó Zelensky.
El papel del Vaticano en la búsqueda de soluciones diplomáticas para el conflicto ucraniano, aunque discreto, ha ganado relevancia en los últimos meses. A medida que continúa la guerra, la «diplomacia humanitaria» promovida por el Papa Francisco podría desempeñar un papel crucial en la resolución de algunas de las crisis más dolorosas, como el retorno de los prisioneros ucranianos y la protección de los civiles afectados por la violencia.
En un escenario internacional marcado por la incertidumbre, el encuentro entre Zelensky y el Papa refleja la necesidad urgente de respuestas humanitarias en medio de la devastación. Mientras tanto, Ucrania sigue contando con la comunidad internacional para restaurar la paz y recuperar a su gente, una lucha que no cesa y que tiene como objetivo devolver la dignidad y la libertad a aquellos que han sido arrebatados por la guerra.