Nos patean y azotan en la espalda, nos cuelgan desde unas vigas del techo, amarradas de los pies –boca abajo- con sogas untadas en excremento; nos gritan, escupen, insultan y cuando desmayamos ante la tortura, lanzan baldes con orines. Nadie nos defendía, nadie nos visualizaba hasta hace pocos días en que se trató de eliminar a un periodista y su camarógrafo y por esas cosas de la vida y de la muerte, periodistas de las redes sociales se unieron para denunciar las atrocidades que sufrimos años de años las mujeres del Perú.
Tortura, tratos degradantes e inhumanos, desapariciones forzadas también –hay que decirlo y no callar-, asesinatos y persecución contra las Mujeres es algo común en las zonas donde se ha trastocado el trabajo de los Ronderos, para crear rondas amenazantes, guardianes delictivos que protegen zonas liberadas de la justicia, creando su propia “justicia popular” en territorios donde impera el narcotráfico, la trata de personas, el contrabando, la tala y el comercio ilegal del oro en especial. Toda esta información es un gran secreto a voces, pero a voces que ya no están callando. Unido a ello, la siembra de amapola y la producción progresivamente industrial de látex de opio, se ha convertido en la empresa más protegida por estas “autoridades del campo” del crimen.
Al mismo estilo del partido comunista Sendero Luminoso, ya que cuentan con formación y preparación de cuadros subversivos que salieron de prisión, en Cajamarca, Amazonas y partes de la región Piura se han impuesto normas de inconducta para someter lo legal a lo ilegal, lo moral a lo inmoral y el trabajo a la esclavitud. Eso es lo que está pasando con las Mujeres, esclavitud y sometimiento.
Las que se quejaron, murieron dicen que por COVID o fueron torturadas y están amenazadas. Allí no aparece la Defensoría del Pueblo, ni la Coordinadora de Derechos Humanos, ni el Ministerio de la Mujer, nadie acude en auxilio de las Mujeres del Perú. Y en el colmo de todo, varias ONG’s son parte del encubrimiento y de las atrocidades que ocurren.
Las zonas de control “ronderil” son aquellas donde existe protesta contra la minería formal (para alentar la impune minería legal contaminante). Las zonas de control de ronderos aliados al gobierno, son aquellas donde se dice que se van a hacer obras, pero no hay ni una sola evidencia de las supuestas obras por las cuales se destinaron millones de nuestros impuestos.
Los denominados “nuevos ronderos” son los chalecos de los narcos, de la minería ilegal y de la trata de personas. Ellos han creado un “nuevo VRAEM”, donde obligan a la prostitución a menores de edad, donde obligan a trabajar en plantaciones de amapola y producción de látex de opio a las mujeres. Pero si protestas, si te niegas, entran a tu casa, golpean a tus padres y te hostilizan con pretextos de “estar haciendo labores de justicia”, inventando casos que no son de justicia, sino de injusticias.
Ese es el Perú que ha legitimado el partido comunista Perú “libre” desde el gobierno.