Durante décadas, las izquierdas que son muchas y siguen dividiéndose siempre y peleándose siempre, han logrado construir un sinnúmero de agendas y estar comprometidas en otro sinnúmero de agendas… de la corrupción y de la impunidad por supuesto. Esas izquierdas que nunca han tenido representación popular, sino alguna vez una especie de suerte electoral en Lima -con Barrantes y Villarán, con el Vaso de Leche y las coimas de Odebrecht en cada caso- y algo de infiltración y suerte con Toledo (nace la fuerza caviar en ese gobierno), con Humala (crece el dominio caviar y se asientan en el Estado los izquierdistas nacionalistas corruptos), con Kuczynski (ingresan con fuerza los rosados, los pitucos de las izquierdas y se mantienen los caviares), con Sagasti (los reciclados de la era Paniagua-Toledo renacen con emoción), con Castillo (abren espacios a la fuerza bruta de todas las izquierdas, a los ex militantes de Sendero luminoso y simpatizantes sobrevivientes del MRTA y se ponen en carrera desde las regiones, los más radicales comunistas en el gobierno central), toda esa reseña progresiva de “ingresos al Estado” hacen que el aparato burocrático que es pagado por millones de peruanos, desborde la cifra de un millón y medio de empleados públicos de los cuales, más de la mitad “hacen trabajo virtual” (o sea, no trabajan, pero cobran).
Todos los dirigentes de todos los grupos de izquierda, así como todos sus familiares, han succionado irregularmente unos, e ilegalmente otros, nuestros impuestos. Son “los mantenidos” gracias al hambre del Pueblo, son los “mantenidos y reciclados” que usan el Estado para destruir al país. De eso no habla la poco transparente y nada edificante “comisión interamericana de derechos humanos”, de esa crítica situación de abuso del dinero de los contribuyentes, destinada para fines políticos, para sembrar y diseminar odio y violencia, de eso no dice nada, pero sí se atreven a exigir otra constitución, otro trato más preferencial para criminales, para asesinos, para terroristas.
La izquierda del odio y el lavado de activos está desmoronándose y hay que seguir en la lucha para denunciar sus acciones de violencia y permanente agresión a la frágil democracia que aún puede subsistir y recuperar el camino de un país que no merece la izquierda esa, de tanta sangre inocente manchando la paz de todos los peruanos.
Imagen referencial: captura de pantalla, video educativo de la SBS sobre lavado de activos