No, no es sospecha de conspiracionistas, o de fanáticos: la no autorización para colocar un Nacimiento en la sede del parlamento europeo en Bruselas o Estrasburgo, permite concluir que este organismo alimenta una animadversión al cristianismo.
Incluso, no se habría tenido que pagar nada de la sencilla suma que costarían las figuras, porque estas serían donadas por la eurodiputada del PP, Isabel Benjumea, que así lo había ofrecido, y quien había solicitado oficialmente la colocación del pesebre.
Ella había hecho las gestiones con la debida antelación.
El pasado 3 de diciembre Benjumea escribió al presidente del parlamento, el socialista David Sassoli, diciéndole que tenía intención de traer un Belén (Nacimiento) desde su ciudad natal de Santa María de Cádiz, para que se constituyese en muestra de las tradiciones cristianas en estos tiempos navideños.
Al permitir colocar un pesebre, el Parlamento “podría demostrar que es sensible y reconoce la historia cultural y las raíces cristianas de los ciudadanos europeos, además de la industria de la artesanía que se ha desarrollado en muchos países de la Unión alrededor de esta efeméride”.
Pero, y en palabras que recuerdan el instructivo de lenguaje ‘inclusivo’ de la Comisaria Europea para la Igualdad Dalli, la colocación del pesebre fue rechazada porque “podría resultar ofensiva”. (Recordemos que la comisaria en un instructivo que fue al final retirado, decía que no se debía hablar de Navidad, de María y José).
“Es dramático y una barbaridad que lo consideren ofensivo. Con ese criterio, entonces que la gente no pase por Europa para visitar las catedrales o vaya al Museo del Prado”, dice con razón la eurodiputada Benjumea.
Además resalta ella, los dos raseros, las dos medidas para con creencias y culturas minoritarias y las que se tiene hacia las tradiciones cristianas: “No pasa un día sin que conmemore alguna efeméride, representando muchas de ellas a pequeña minorías que sin duda requieren conocimiento y visibilidad, pero que precisamente habilitan a un reconocimiento de una tradición y cultura mayoritarias”.
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“Pretenden borrar el cristianismo de la identidad europea”
“A Sassoli – dice la diputada Benjumea – este año le he enviado dos correos de los que no he recibido ninguna contestación mientras que después de meses y meses peléandome con la oficina de exposiciones [del Parlamento] me han dicho que no daban autorizaciones con la excusa del Covid”.
Evidentemente una excusa.
“Todo esto que está pasando no es una anécdota, no estamos ante una broma. Es algo muy serio porque estamos ante una corriente minoritaria apoyada por la izquierda radical y movimientos ultras, que han creado unos colectivos de pequeños ofendidos y que pretenden borrar el cristianismo de la identidad europea y quieren imponernos su manera de ver la vida. Yo creo que reivindicar la Navidad o el cristianismo no un acto solo de fe sino de reivindicar nuestra identidad europea», señaló Benjumea.
Con información de ABC y redacción de Gaudium Press.