Una de las formas más propicias para que las protestas sean el motor, el impulso de una sociedad cansada de tanta mentira, corrupción e impunidad de su gobierno, es ir hacia el Paro Nacional y posteriormente hacia la huelga general indefinida, como armas de protección de la democracia, para recuperar los caminos de la democracia y la libertad, cuando los gobiernos usan armas vedadas, represión indiscriminada y acciones irregulares como el secuestro, el chantaje, la extorsión y los ataques directos contra la población y la propiedad privada para tratar de legitimar y legalizar por la violencia, el imperio del totalitarismo que no se hace de un día para otro, sino que es una acción agresiva que toma tiempo, que dura años inclusive, hasta su consolidación. Eso, es el comunismo y muchos no lo ven, hasta que son sometidos y lo aceptan con gusto, aunque parezca increíble.
Esas armas que fueron en otros momentos una especie de propiedad de las izquierdas –marchas, paro nacional y huelga general indefinida-, la ciudadanía las rechazó en esos tiempos por la violencia, por la subversión que la inspiraba y por el terrorismo que iba tomando el control del discurso y las regalías del soborno, chantaje y extorsión comunistas. Pero ahora, la conducción está en manos de los ciudadanos, no de los comunistas, no de los subversivos y eso, es algo que ha tomado también su tiempo para que la gente reaccione, pero en paz, con corrección, sin perder el orden, pero también, con mucha energía, fuerza y convicción para no callar.
Es ahora que debemos tener en mente el Paro Nacional y la mejor fecha es cuando llegue la denominada Misión de la OEA, que es algo así como un plan de paseo entre burócratas, para conversar en medio de grandes comilonas, hacer algunos negocios personales y suscrbir un papel impresentable de sueños que aceleran pesadillas. En suma, los de la OEA no sirven de nada, no harán nada, acentuarán el conflicto salvo que, estando iluminados, digan que la democracia se defiende sin corruptos gobernando y lo mejor es que en uso de las atribuciones constitucionales, se proceda a la salida de los gobernantes de inmediato y se siga el debido proceso constitucional, convocándose también a elecciones para el Congreso de la República, porque el problema tiene dos partes, no una.
Paro nacional, protesta popular, es una urgencia y debemos impulsarla porque es una herramienta importante.