A pesar de la pandemia de coronavirus COVID-19, las autoridades españolas permitirán las marchas feministas programadas para el 8 de marzo de este año, mientras que mantienen fuertes restricciones sobre el tránsito y reunión de personas, así como sobre el culto religioso.
Diversas organizaciones feministas ya convocan a manifestaciones en diversas partes de España. En la capital Madrid se han autorizado marchas pidiendo que no excedan las 500 personas.
Mientras que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, desaconseja las marchas diciendo que “no ha lugar”, pues “la situación epidemiológica no permitiría ni se entendería llevar a cabo estos actos”, el epidemiólogo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Gobierno de España, se ha mostrado a favor de las convocatorias feministas y aseguró que para él son menos riesgosas que las procesiones de Semana Santa.
Para el experto de salud de la administración del socialista Pedro Sánchez “no es lo mismo estar debajo de un paso de Semana Santa transportado por muchas personas, que en una manifestación de 500 donde se pueden mantener las distancias”.
El delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, dijo a la radio pública Onda Madrid que las peticiones que han recibido para la realización de marchas en la capital española “no se han prohibido porque mantienen los parámetros exigibles ahora mismo en esta situación de pandemia”.
En diversas comunidades autónomas españolas ya se han anunciado importantes restricciones a las celebraciones de Semana Santa y otras celebraciones tradicionales vinculadas a la Iglesia, como los “sanfermines” en Navarra, que no se realizarán este año.
En declaraciones para ACI Prensa, Luis Losada, director de campañas de CitizenGO en Hispanoamérica, dijo que “resulta indignante que habiendo renunciado a las fallas de Valencia, a la Semana Santa y a los sanfermines, las feministas insistan en su celebración”.
“Seguimos con toques de queda y cierres perimetrales. Los bares también sufren restricciones, han muerto casi 100 mil personas, la economía ha caído más del 10%, cientos de miles han perdido su empleo, pero las feministas tienen otras prioridades”, criticó.
“Se trata de una irresponsabilidad que me atrevería a calificar de criminal”, añadió.
Losada recordó que “está demostrado que el pasado 8 de marzo fue factor grave de expansión del virus. La misma vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra Irene Montero resultaron contagiadas. Y aún así insisten”.
Para Losada se trata de “una muestra de que su ideología es para ellas un valor absoluto. Como decía Chesterton, cuando se deja de creer en Dios, se termina por creer en cualquier cosa”.
Por su parte, el sacerdote español Juan Manuel Góngora, que cuenta con más de 31 mil seguidores la red social Twitter, lamentó que “estos días estamos contemplando estupefactos cómo en plena pandemia, la Delegación del Gobierno en Madrid va a autorizar las manifestaciones del 8M con medidas irrisorias”.
“La permisión de estas concentraciones es una tomadura de pelo para todos los ciudadanos que estamos cumpliendo las medidas impuestas y constituye una vergonzosa doble vara de medir para con unos y otros”, criticó.
“A la par escuchamos ya 24/7 que este año hay que actuar como si ‘la Semana Santa no existiese’”, añadió.
El sacerdote indicó que “si el domingo de Resurrección salgo con la custodia con el Santísimo en mano, por la puerta del templo que administro mientras los feligreses me acompañan debidamente separados, ¿qué autoridad tiene el poder político para imponerme una multa?”.
“Los católicos debemos dejar de ser timoratos frente a unos gobernantes sectarios, actuar con valentía y reivindicar nuestro derecho a manifestar públicamente nuestra fe respetando las medidas sanitarias. Las que verdaderamente responden al cuidado de la salud y en las que otros se camuflan para coartar la libertad”, expresó.
El también español P. Francisco José Delgado denunció que “llevamos todo este tiempo soportando una auténtica ‘demonización’ del culto católico, a pesar de que no se conoce en España ningún foco asociado a las actividades de culto”.
“A la vez, vemos cómo los actos de la religión estatal, pues las marchas del 8M no son otra cosa, son promovidos descaradamente por parte del Gobierno, la parte que corresponde a Podemos”, señaló.
Para el P. Delgado “que se desaconsejen estas marchas desde el Ministerio de Sanidad se lee más desde la confrontación política entre los partidos del gobierno, que desde la verdadera preocupación por la salud de las personas, que ha estado ausente de las decisiones tomadas desde que empezó la pandemia”.
“En nuestro caso, como Iglesia es difícil distinguir qué parte de nuestras restricciones autoimpuestas pertenece a la prudencia y qué parte corresponde a una postura ante el mundo. Nos toca obedecer, y en la mayoría de los sitios no tendremos procesiones, obedeciendo a los obispos”, dijo.
“Pero quizá habría que ir planeando la tarea de reconstrucción espiritual que debe venir después de todo esto, porque la agenda ideológica del mundo no va a retroceder un milímetro, mientras que nosotros parecemos estar en retirada”, lamentó.
De acuerdo a la universidad estadounidense especializada en medicina Johns Hopkins, al 25 de febrero se han confirmado en España 3.180.212 casos de COVID-19, con 68.813 muertes.