La superficialidad de los de la izquierda es tan gruesa, que cualquier tontería los resquebraja o envalentona y se ven las llagas autoinflingidas. Hoy por ejemplo, uno de esos caviares enfundados en gritos de “correctismo”, se veía triste en un supermercado adonde no van los pobres, y arropado con su camiseta del “she” miraba a todos lados, como si quisiera que de todos lados lo mirasen.
Ese columnista de un medio, de izquierda por supuesto, estaba en la fila del cajero automático interior, renegando porque una viejita se demoraba -según él-, mientras realizaba sus transacciones.
Se le notaba insoportable al caviar, sus chancletas golpeando el piso al ritmo de su ira, su jean roto a la altura del muslo, su polo raído del “she”, sus lentes oscuros sobre la frente y un diario bajo las axilas, hasta que se bajó la mascarilla y con un improperio le dijo a la señora que se apure, que es una bestia por usar tanto tiempo, que él y sólo él está muy apurado.
Piña el caviarón, porque de los cinco de la fila, cuatro lo cuadramos, uno por uno mientras él/ella arrugaba y decía que porqué lo agredían, imaginen, quería voltear la escena, así como se voltean en la vida. Esa es la realidad, evidencia, prueba del comportamiento que deviene del odio, el resentimiento y el querer imponer lo que ellos -los de la izquierda caviar, progre y revoltosa- creen que debe hablarse, decirse, o responderse.
El personaje de marras se fue con un “me voy a otro cajero” y algunas palabras más que ahora iban escondidas en su mascarilla. Y para casualidades, fue al cajero del grifo de la vuelta y al echar gasolina al auto, lo ví, renegando de nuevo, discutiendo de nuevo con otras personas. Un insecto revoloteando con su periódico bajo el brazo, pero esta vez, renegaba adicionalmente porque no le depositaron el Bono Familiar Universal (BFU) y éste protozoario vive en una zona exclusiva, tiene consultorio de algo que se dice así como sico y análisis, escribe en un diario que se subvenciona con nuestros impuestos y ese periódico ha botado a decenas de trabajadores y periodistas para mantener este estropajo y ¿Cobra BFU?
Corren las apuestas: como hicimos correr al abusivo caviar, esta semana le dará con palo al gobierno, a “su” gobierno, pero ni bien lo pongan al día -el gobierno y sus colegas-, él/ella volverá a escribir los versos más amorosos que el elogio al dinero del Estado puede proveer.